El acuerdo que el miércoles cerraron los directivos de Ferroglobe con los trabajadores de la fábrica de Sabón no incluyó entre los compromisos o garantías la construcción de la fábrica de silicio solar para paneles fotovoltaico, a pesar de que es el proyecto estrella del plan industrial con 100 millones de inversión en Galicia que la compañía ofrece a cambio de vender las centrales de Cee y Dumbría, especialmente para Arteixo.

El pacto ratificado por la plantilla de Sabón (con un 66% de los votos) es fruto de un preacuerdo alcanzado por la mayoría del comité (de UGT) y la dirección que alude a la planta de silicio solar pero no la garantiza entre los compromisos, aunque la multinacional asegura que se llevará a cabo, siempre y cuando se vendan los saltos de agua en los ríos Xallas y Grande de la comarca de Fisterra.

Fuentes de Ferroatlántica explican que esa planta de nueva creación no podía ser incluida en el acuerdo porque el comité de empresa de Sabón no tiene legitimidad para votar o aprobarlo. El motivo es que esa iniciativa pertenece a otra empresa, incluida en el grupo Ferrogloble, en el que Ferroatlántica está integrada desde 2015, pero independiente y con su propia representación sindical.

La fábrica de silicio solar -que según Ferroglobe supondría una inversión de 42 millones y generaría 90 empleos directos y 150 indirectos en Arteixo- es fruto de una iniciativa de I+D+i de Ferroatlántica en Sabón que lleva más de diez años en desarrollo. Se trata de un proyecto piloto que actualmente es desarrollado por la firma Silicio Ferrosolar, con una plantilla que ronda la treintena de trabajadores y con un único delegado sindical, que pertenece a la CIG, al que, según reconoce la multinacional, no se le ha ofrecido negociar. Él sería el único representante sindical capacitado para votar un acuerdo que garantizase el proyecto.

Fuentes de Ferroatlántica reconocieron ayer que ese acuerdo alude a la fábrica de silicio solar, con lo que da por hecho su construcción pero no la incluye en los compromisos porque el comité de Sabón no tiene legitimidad para ello. Las mismas fuentes reconocen que la empresa tampoco ofreció un acuerdo al único delegado sindical capacitado legalmente para apoyarlo, aunque no descarta tampoco hacerlo en un futuro.

Es por esto que lo que el miércoles respaldó un 66% de la plantilla de Sabón es un acuerdo laboral con inversiones por valor de 9 millones de euros a ejecutar entre este año y 2021 y que recoge varias mejoras técnicas y la garantía de convertirse en el suministrador de silicio para la fabricación de silicio de calidad solar para toda Europa, en previsión de que sea la otra planta, la de Silicio Ferrosolar, la que elabore ese material. El pacto incluye además la previsión de un cuarto horno "si la producción de silicio de calidad solar alcanza un volumen que lo justifique", lo que no tendría sentido sin el proyecto estrella. La empresa garantiza además el empleo durante tres años a contar tras la conclusión de esa nueva planta, que Ferroglobe, dice, espera poner en marcha en un plazo de dos años.

Los trabajadores de Sabón también respaldaron un proyecto de renovación de plantilla, a través de contratos relevo, que los 25 empleados eventuales de Sabón tengan preferencia en las contrataciones derivadas del proyecto de I+D, un programa de formación y una subida salarial por determinar. El documento que, según el comité de empresa, estuvo colgado en los tablones de anuncios de la factoría durante al menos 24 horas para que todos los empleados lo pudieran consultar, concreta: "Sólo se puede acometer con la obtención de fondos extraordinarios, cuya procedencia solo puede determinar la empresa".

El presidente de Ferroatlántica y consejero delegado de Ferroglobe, Pedro Larrea, intentó al día siguiente de firmarse este preacuerdo vencer las resistencias en Cee y Dumbría. El pacto de Arteixo fue avalado por los cinco delegados de UGT y luego, el miércoles, ratificado por la asamblea de trabajadores. El único delegado de los cuatro que CIG tiene en la factoría que asistió al encuentro del lunes rechazó firmar ese preacuerdo, al entender que está vinculado a la venta de las hidroeléctricas fisterrás, aunque en el texto no lo dice expresamente.

La CIG, contraria a este compromiso cree que es indiferente que la venta de las centrales no conste literalmente, dado que la empresa condiciona ambas operaciones. Ferroglobe, de hecho, no ha hecho más que insistir en que sin vender las centrales, carece de fondos para Sabón, a pesar de que cuenta con un crédito del Gobierno a muy bajo coste por la mitad de los 42 millones que costaría.