La receta de Tavares funciona. El Grupo PSA registró en 2016 un beneficio neto de 1.730 millones de euros, casi el doble (+92%) que el año anterior, un resultado que le permite continuar con su plan de expansión, repartir dividendo (por primera vez desde 2011) y llevar a cabo la absorción de la división europea de la americana General Motors (GM): Opel. El fabricante francés, que pasó en los apenas tres años que lleva Carlos Tavares como presidente de sufrir pérdidas multimillonarias (quemaba unos 200 millones de euros de cash al mes) a liderar la absorción de la marca alemana, atesora ya en caja 8.000 millones de euros para "aprovechar oportunidades", como reconoció ayer en la presentación de las cuentas el director financiero, Jean-Baptiste de Chatillon.

Los resultados de 2016 consolidan la posición de PSA respecto a Opel: una facturación de más de 54.000 millones, un resultado neto de 2.149 millones de euros y un beneficio de 1.730 millones, cimentados en el éxito comercial de sus nuevos modelos, y el ahorro de costes.