Ferroatlántica hizo ayer un análisis de la evolución del negocio en las fábricas de ferroaleaciones y las centrales hidroeléctricas de A Costa da Morte para señalar que han corrido "muy distinta suerte en los últimos 20 años, de 1996 a 2015". La compañía asegura que los saltos de agua de los ríos Grande y Xallas facturaron 28,8 millones de euros en 1996 y que, dos décadas después, en 2015 esos ingresos cayeron hasta los 6,2 millones, un descenso del 80%. Por contra, las plantas de Dumbría y Cee (A Coruña), destaca el grupo, pasaron de una cifra de negocios de 7,4 millones en 1996 a 27,9 en 2015, lo que supone multiplicar casi por cuatro los ingresos. "Esta circunstancia, unida a la obligación legal de separar actividades y a la incompatibilidad entre el mecanismo de interrumpibilidad y el autoabastecimiento para la energía que consumen las fábricas, ha movido a la compañía a declarar no estratégicos los activos hidráulicos. De ahí que haya propuesto proceder a su venta", detalló la compañía controlada por Villar Mir.

La plantilla de A Costa da Morte no tardó en responder a la empresa y la acusó de mentir y tergiversar las cifras para mostrar "una realidad distorsionada, la que más le conviene para conseguir su objetivo de vender las centrales". "Hace la comparativa con 2015, un año en el que las máquinas estuvieron paradas por las obras de repotenciación, que en realidad fue como hacer unas centrales nuevas, para elevar la producción de electricidad", denunció el portavoz de los trabajadores de las fábricas y saltos de agua de A Costa da Morte, Alfonso Mouzo. "2015 fue un año excepcional. Si se hace la media de los últimos cinco o diez años sale que Ferroatlántica percibió unos 30 o 35 millones de euros anuales de las centrales. La empresa está mintiendo, pero es fácil desmentirla mirando las cuentas en el registro mercantil", sentenció el representante de la plantilla.

La empresa, por su parte, asegura que los cambios en el sector eléctrico de 2013 afectaron a los resultados de las centrales por "las reformas en el tratamiento de las pequeñas hidráulicas, que han dejado de percibir primas en el régimen especial". Una pérdida de ingresos, añade la compañía, que ha deteriorado "sustancialmente" sus cuentas, una situación que considera irreversible: "No se recuperarán nunca los niveles pasados de ingresos".

El Grupo Villar Mir destaca, por contra, que en estos 20 años la firma ha logrado mejorar la eficiencia de las factorías de Ferroatlántica "hasta conseguir que en los últimos cinco ejercicios el resultado de las fábricas haya superado en más de 2,5 veces el correspondiente a los activos hidráulicos". "Con el esfuerzo del equipo humano, mejoras en los procesos y la renovación de equipos se consiguió dar viabilidad a unas plantas cuyo futuro era inicialmente muy incierto", concluyeron los responsables de la firma.