La actividad, el valor de todos los bienes y servicios producidos en Galicia, alcanzó los 14.734 millones de euros durante el último trimestre del pasado 2016. Un nivel inédito para el Producto Interior Bruto (PIB) autonómico, que ni siquiera tiene precedentes en el periodo de bonanza. El récord hasta ahora se situaba alrededor de los 14. 600 millones que la autonomía sumó entre julio y septiembre de 2008. Fue también un buen trimestre para el empleo, con la creación de cerca de 8.000 puestos de trabajo, unos 24.000 en comparación con el cierre de 2015, de los que 18.000 son asalariados. Pero los sueldos no van por el mismo camino. En pleno máximo de la economía gallega, la remuneración a los trabajadores cayó un 0,9% y rompe con el año y medio de subidas que acumulaba. De media, el coste salarial en la comunidad gallega se situó en 1.759,08 euros al mes, según los datos publicados ayer por el Instituto Galego de Estatística (IGE) y el organismo estatal, el INE.

Algo que no ayuda precisamente a limar las grandes diferencias que históricamente existen entre las nóminas de Galicia y las del resto del Estado, donde, de media, se pagan 251 euros más al mes, hasta los 2.010 euros, después de un descenso algo inferior, del 0,8%. El importe está muy influenciado por las comunidades con el coste salarial más alto. Son Madrid (2.385 euros) y País Vasco (2.344). Madrileños y vascos ganan, por lo tanto, unos 620 euros mensuales por encima de un trabajador de la autonomía gallega. Les siguen Cataluña, con 2.144 euros; Navarra, con 2.140 euros; y Asturias, con 2.123 euros. En la cola, junto con Galicia, aparecen Canarias (1.692 euros) y Extremadura (1.648).

El gran batacazo en el pago a los trabajadores gallegos empezó con la crisis bien entrada, en 2010. Aunque el peor año fue, sin duda, 2012, con caídas todos los trimestres que incluso rozaron el 8%. La salida de la doble recesión ayudó a frenar el descenso y desde mediados de 2015 la evolución del coste salarial no estaba en negativo. En el último año y medio se mantenía al alza. Si solo comparamos los últimos trimestres de cada ejercicio para homologar los intervalos de tiempo, la bajada de 2016 es la mayor desde 2012 y arrastra un recorte de unos 20 euros en la nómina.

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Parte de la explicación está en el comportamiento de las retribuciones en el sector servicios, que es, con mucho, la actividad que concentra mayor número de contratados. De media, 1.631 euros mensuales después de un descenso con respecto al último trimestre de 2015 del 1,7%. En la construcción, que sigue con su particular reconversión tras el pinchazo de la burbuja del ladrillo y a la que le cuesta pisar el acelerador, la caída fue del 3,8%, hasta los 1.742 euros por asalariado al mes. La industria es la excepción. La que más paga y en la que la media aumenta, un 1,9%, exactamente, con 2.290,8 euros.

El coste salarial reúne el sueldo base, los complementos, pagos por horas extraordinarias y atrasos. Y la cuantía es bruta. Sin tener en cuenta todas las partidas que son extra, el coste salarial ordinario -lo más cerca que hay al cobro mensual normal- se situó en 1.439 euros en Galicia, con una caída en el último año del 0,3%. Igual que la media nacional. Hay que retroceder de nuevo hasta 2012, a caballo entre las dos recesiones, para encontrar una cantidad menor, de 1.421,2 euros.

Además de lo que se abona al empleado, hay otros gastos a mayores. El coste laboral al completo asciende en la comunidad a 2.343,7 euros. ¿Cómo se reparte? El 75% es el sueldo y los pagos extraordinarios. Hay 541 euros que se van en cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social. Un 0,4% menos que en el último trimestre de 2015. Las indemnizaciones, prestaciones sociales y el resto de percepciones que no son sueldo (59 euros) forman la parte del coste laboral que más disminuye, un 13,3%. Las subvenciones y bonificaciones en los contratos descienden también, un 7%, hasta los 16 euros.

La jornada semanal media pactada en la comunidad fue de 34,5 horas, aunque 5,2 horas se pierden. En el conjunto del país se trabaja un poco menos, 34,2 horas semanales, con 5,1 horas que no fueron efectivas. Si a la jornada le restamos ese tiempo en el que no se trabajó y añadimos las horas extra, son 29,4 horas -29,3 en el total de España-, y un coste por cada una de 18,3 euros. En este caso, el descenso fue del 0,1%. En el conjunto del Estado aumentó un 0,6%, con 20,8 euros.

La principal causa de la pérdida de horas de trabajo en España, según el INE, son las fiestas (47,6%). A continuación las vacaciones (21,9%) y las bajas por enfermedad (20,9%). En el 9,6% de otras causas destaca la maternidad (4,1%) y los permisos remunerados (2,3%).

Al cierre del pasado año, en Galicia había 2.308 vacantes de empleo. El número más pequeño en los dos últimos años. Entre las empresas que no van a contratar, el 89% asegura que no lo necesita, pero hay un 8,1% que lo achaca al elevado coste.