El último superviviente de toda una generación de Rockefellers y la cabeza visible de la familia durante las últimas décadas, David Rockefeller, falleció ayer a los 101 años de edad.

El multimillonario financiero y filántropo murió en su domicilio de Pocantico Hills, en Nueva York, tras una larga vida dedicada a los negocios, la promoción del capitalismo y el apoyo a las artes. Con su muerte desaparece el último nieto vivo del fundador de la dinastía, John D. Rockefeller, aún considerado como el estadounidense más rico de todos los tiempos y como la persona más acaudalada de la historia moderna. Profesionalmente, su carrera estuvo marcada por su paso por el Chase Manhattan Bank, cuya expansión internacional lideró durante los años 70.