Comisiones Obreras y UGT han perdido su representación sindical en el centro de trabajo que forman las fábricas de ferroaleaciones de Ferroatlántica (perteneciente a la multinacional Ferroglobe) en Cee, Dumbría y las siete centrales hidroeléctricas de los ríos Xallas y Grande. UGT contaba hasta el domingo con cuatro delegados en el comité de empresa de Cee-Dumbría y CCOO con otros tres, pero todos ellos decidieron renunciar a defender estas siglas y permanecerán en el órgano sindical como independientes. La decisión se produce como consecuencia del apoyo de las federaciones nacionales de ambas centrales al plan industrial diseñado por Ferroglobe que pasa por vender las hidroeléctricas de las comarcas de Fisterra y A Costa da Morte y dedicar lo obtenido a reducir la deuda y realizar inversiones en todos los centros de España. Las secciones sindicales de CCOO y UGT de A Costa da Morte y Fisterra ya reclamaron en días pasados a sus superiores que no votasen el plan, que sin embargo fue respaldado por todos los sindicatos, salvo la CIG, que renunció a negociar.

La ya ex sección sindical de Comisiones en Cee considera "decepcionante" el acuerdo, y acusó a los sindicatos presentes en la reunión -además del suyo, UGT, USO y Sindicato Unitario- de "defender los intereses de la empresa en lugar de los de la comarca" de Fisterra.

Más dura fue aún la reacción de los exdelegados de UGT, que ayer reiteraron no sentirse "representados ni respaldados por estas siglas". "No respetó nuestra postura, no respetó a los afiliados, no respetó a los trabajadores de la fábrica, no respetó las movilizaciones que llevamos hechas, sobre todo la del 10 de marzo, con lo cual no respetó el sentir de una comarca", expresó en referencia a UGT en la mesa de negociación. "Comunicamos por activa y por pasiva nuestra oposición a cualquier plan que pase por la venta de las centrales hidroeléctricas y no nos hicieron caso", comentó ayer en declaraciones a este diario el presidente del comité, Santiago Paz, quien además recordó que los siete saltos de agua que Ferroglobe negoció vender al fondo canadiense Brookfield por 255 millones son "propiedad de Cee y Dumbría", porque se construyeron para abastecer las fábricas.

Este diario intentó sin éxito obtener una explicación de la Ejecutiva de UGT en Galicia. El secretario de la federación de Industria de Comisiones Obreras en la comunidad, Víctor Ledo, consideró sin embargo "precipitada" la decisión de sus excompañeros de dimitir sin antes escuchar a los representantes en la mesa negociadora y justificó el respaldo al plan en la situación "crítica" de Ferroglobe que demuestran las cuentas del grupo.

Miedo a los ajustes

Ante el riesgo de que el grupo cumpla su amenaza de recortar empleo y cerrar instalaciones por las pérdidas sufridas, el sindicato optó por apoyar un plan con inversiones de 200 millones (15 en Cee y Dumbría) y garantía de empleo durante siete años. Ledo asegura que los representantes del sindicato son conscientes de que ese plan industrial sólo es posible con la venta de activos y que la empresa les somete a un chantaje, pero sostiene que sólo lo apoyaron si es legal. Las actas de las reuniones celebradas entre Ferrogloble y los sindicatos en Madrid entre el lunes y el viernes pasados y a las que ha tenido acceso este diario recogen el respaldo de todas las centrales -incluso de la Ejecutiva coruñesa del metal de UGT y de los delegados de los sindicatos en Sabón- al plan que lleva expresamente implícita la venta de las centrales como una condición "necesaria". CCOO, precisa en el acta: "Estamos de acuerdo con la venta de los activos hidráulicos siempre y cuando estén dentro de la legalidad y no se produzca pérdida de empleo ni de capacidad productiva". Víctor Ledo explica que las cinco centrales de Huesca que también están en venta no cuentan con las limitaciones que tienen las gallegas, cuyo traspaso está prohibido por una serie de concesiones administrativas de la Xunta que condicionan su explotación a la vinculación a las fábricas de ferroaleaciones como una única actividad.

El acuerdo de ámbito nacional, del que se benefician centros gallegos pero también de Cantabria y Huesca, deja ahora en manos de la Xunta decidir si cuando reciba la solicitud de venta por parte de Ferroatlántica, modifica la concesión y cede con los mismos argumentos de defensa del empleo, como quiere la empresa y los sindicatos de ámbito estatal o impide el traspaso, como reclaman el comité de empresa de Cee y Dumbría y la CIG (mayoritaria en el comité de las factorías fisterrás), la Diputación, los grupos de la oposición en el Parlamento gallego y los ayuntamientos de A Costa da Morte y Fisterra.

Ledo está "en contra" de esa venta, pero defiende que hay una solución intermedia que la Xunta "no vería mal", con una autorización a la venta e imponer la misma garantía de empleo hasta el fin de la concesión (2061) con otra fórmula.

El presidente de Ferroatlántica, Pedro Larrea, insistió en su estrategia de presión y expresó que sin el plan hay un "riesgo real" de ajustes laborales y cierre de instalaciones". "La fábrica de Silicio Ferrosolar está abocada al cierre".