El consorcio automovilístico alemán Volkswagen ha sido condenado en Estados Unidos a tres años de supervisión por parte de un monitor independiente y al pago de una multa criminal de 2.800 millones de dólares (2.641 millones de euros al cambio actual) por el caso de los motores diésel trucados, un fraude más conocido como el dieselgate.

Durante la audiencia de ayer en el Tribunal Federal de Detroit (Michigan), el juez Sean Cox señaló que no habrá restitución a los presuntos afectados de este caso y aseguró que es un asunto "muy serio y preocupante" que involucra a una compañía automovilística "icónica". "Es un caso de fraude masivo y deliberado", sentenció Cox.

Mientras, en España Volkswagen ganó esta semana el primer recurso de apelación interpuesto en relación con el caso del software que alteraba las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en algunos de sus modelos diésel.