El Consejo de Ministros aprobó ayer enviar a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad Presupuestaria de España del periodo 2017-2020, que incluye una previsión de un crecimiento medio del 2,5%, una progresiva reducción de la tasa de paro del 11,2% hasta ese año, prácticamente eliminar el déficit público (0,5%) y adelantar a 2019 el cumplimiento del objetivo de los 20 millones de ocupados.

El ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, destacó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que son previsiones "prudentes" y "realistas" que mantendrán a España "a la cabeza del crecimiento entre los países desarrollados" y permitirán situar el déficit público por debajo del 3% en 2018 con superávit primario.

El Programa de Estabilidad que el Gobierno tiene que remitir a Bruselas antes del fin de abril junto con el Plan Nacional de Reformas y que fue presentado ayer por los ministros de Economía y Hacienda, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, incluye una revisión de dos décimas al alza del crecimiento previsto para este año, hasta el 2,7 %, y de una décima para el de 2018, hasta el 2,5%, mientras que para 2019 y 2020 los avances pronosticados son del 2,4%. De Guindos resaltó que tras la "ligerísima desaceleración" registrada en la segunda parte de 2016, el 0,8% de alza del PIB del primer trimestre de este año muestra que la economía "se vuelve a acelerar y vuelve a coger tracción".

El empleo registrará tasas de crecimiento ligeramente inferiores a las del PIB, de entre el 2,5 y el 2,3%, suficientes para propiciar la creación de 1.996.000 empleos hasta 2020 en términos de la Encuesta de Población Activa (EPA). El desempleo se reducirá en 1.662.000 personas en el periodo, hasta 2,57 millones a final de 2020, con lo que la tasa de paro bajará del 18,6% de 2016 al 16,6% en 2017, al 12,9% en 2019 y al 11,2% en 2020.

El empleo se sustentará, según De Guindos, en un crecimiento económico que seguirá liderado por el consumo y la inversión, aunque el ministro destacó que las reformas estructurales llevadas a cabo en España propiciaron un patrón más equilibrado, si bien la demanda interna mantendrá la mayor contribución.

Del crecimiento del 2,7% previsto para 2017, 2,2 puntos serán aportados por la demanda nacional y 0,5 puntos por el sector exterior, después de que el consumo privado crezca un 2,6%; la inversión, un 2,8%; las exportaciones, un 5,5%, y las importaciones, un 4,3%.

La senda fiscal tiene como novedad el objetivo de déficit público para 2020, que el Gobierno fija en el 0,5% del PIB, achacable exclusivamente a la Seguridad Social, mientras prevé un equilibrio en la administración central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. El Gobierno confía además en reducir la deuda pública al 92,5 % del PIB en 2020, un proceso que, según Montoro, fortalece el crecimiento económico.

En 2020 el Gobierno prevé que los ingresos supongan el 38,7% del PIB, por encima del 38,3% estimado para 2017, y que el gasto ascienda al 39,2% del PIB en 2020, una cifra muy parecida a la de 2007, en línea con la reducción del déficit público y "sin afectar a las prestaciones". Montoro insistió en que la previsión de recaudación tributaria incluida en el programa hasta 2020 tiene margen para llevar a cabo la rebaja de impuestos recogida en el programa electoral del PP, si bien recordó que gobiernan en minoría por lo que cualquier reforma tributaria tendrá que ser negociada con el resto de grupos parlamentarios.

Según el documento, los ingresos totales del conjunto de las administraciones públicas, medidos en contabilidad nacional, ascenderán a 508.523 millones de euros en 2020, de los que 308.612 millones corresponderán a impuestos, un 28% más de los estimados para 2017. La cifra incluye 159.496 millones en cotizaciones sociales, un 11,8 % más de lo previsto para este año.