Los datos de afiliación a la Seguridad Social y de paro registrado publicados en los últimos meses apuntan a una mejoría del mercado laboral gallego como consecuencia de la recuperación económica, pero las cifras quedan todavía muy lejos de las existentes antes del comienzo de la crisis. La comunidad gallega tiene aún 110.000 ocupados menos que al inicio de las dificultades económicas, lo que equivale a que cuenta con un 11,5% menos de puestos de trabajo que por entonces. Galicia cerró el mes pasado con 964.468 afiliados a la Seguridad Social, pero nueve años antes, en abril de 2008, superaba los 1.075.400 cotizantes, según los datos publicados por el Ministerio de Empleo y la Consellería de Economía, Emprego e Industria.

La destrucción de empleos que aún revelan las estadísticas gallegas no es tan acentuada al analizar el paro registrado en la autonomía porque muchos de los profesionales que fueron expulsados del mercado de trabajo bien emigraron bien acabaron por no inscribirse en las listas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ante las nulas expectativas de lograr una ocupación o al carecer de cualquier tipo de ayuda o subsidio por desempleo. Aún así, Galicia cuenta en la actualidad con 44.880 parados más que a principios de 2008, al pasar de los cerca de 160.000 anotados en las oficinas del antiguo Inem hace nueve años a los 204.629 inscritos del mes pasado, lo que supone un repunte de las personas sin trabajo de más del 28%.

La provincia gallega con peor evolución en cuanto a paro registrado en los últimos nueve años es Pontevedra, al tener en la actualidad un 37% más de profesionales desempleados que al inicio de la crisis. Si en esos primeros meses de dificultades rondaban los 59.000, ahora superan los 81.000, más de 22.000 personas más que buscan una ocupación.

La situación es similar en el caso de Lugo, que pasó de contar con 15.500 parados a superar los 20.500, con un incremento del 32% en estos nueve años.

Mientras, en la provincia de A Coruña el repunte en el número de parados es de casi el 23%, con un total de 79.766, frente a los 65.019 de abril de 2008, y Ourense registra el mejor balance, con un alza del paro del 15,6%, al pasar de tener 19.857 desempleados a comienzos de la crisis a rozar los 23.000 en la actualidad.

La mejoría del mercado laboral gallego en los últimos meses -que los sindicatos niegan al denunciar que la mayoría de los empleos creados son temporales y precarios- apenas llega a los profesionales que llevan más tiempo sin trabajar. El paro de larga y muy larga duración -el de aquellos que llevan más de uno o dos años sin ocupación- gana peso. En abril de 2008 los desempleados que sumaban más de 24 meses sin trabajar (la mayoría ya carece de cualquier tipo de prestación, lo que complica su situación económica) eran el 25% del total, más de 39.000. Ahora son casi 64.000 y representan el 31,3% de los 204.629 parados totales. Mientras, los que llevan entre uno y dos años sin trabajar pasaron de suponer el 13% de la nómina total de parados (más de 20.000 de los casi 160.000 registrados) a rozar el 15% (casi 30.000), con lo que cerca de la mitad de los profesionales que a día de hoy carecen de trabajo lleva anotada en las listas del antiguo Inem más de un año.

Por ello, los sindicatos reclaman planes especiales para los desempleados de larga duración, que son más difíciles de reincorporar al mercado laboral tras tanto tiempo de inactividad y que viven en una situación económica más complicada -en la mayoría de los casos- ante la ausencia de ingresos habituales. La situación es especialmente delicada cuando esos parados superan los 45 años de edad y son cabezas de familia, lo que les impide optar, como hicieron muchos jóvenes, por la emigración para buscar oportunidades laborales.