Tiene 22 años, le encanta la pizza, el surf, los Pokémon y, por las fotos que circulan de él por las redes de sociales, también salir de fiesta. Aunque aún desconocido para muchos, Marcus Hutchins, es un informático inglés que consiguió frenar el ataque mundial del virus WannaCry que desde el viernes ha afectado a unos 300.000 ordenadores en 182 países, unos 1.200 equipos en España. Lo hizo, además, poniendo de su bolsillo 10,69 dólares, lo que le costó comprar un dominio en internet para redirigir al potente virus y detener sus embestidas.

"Pude conseguir una muestra del malware con la ayuda de un buen amigo y compañero investigador. Al ejecutarlo en mi entorno de análisis supe que llamaba a un dominio no registrado que finalizaba en gwea.com", explica. Tras una rápida verificación, eureka. El dominio estaba libre, así que lo compró y redirigió el tráfico que generaba el virus a un servidor alojado en Los Ángeles.

Con esa maniobra no logró frenar la infección del todo, pero sí contenerla. Tras hacer unas primeras pruebas, publicó en sus redes sociales su descubrimiento para ver si algún otro hacker ético (los llamados como white hat) podía verificar si realmente el sistema funcionaba. Rápidamente le llovieron cientos de elogios.

"Definitivamente no soy un héroe, solo he puesto un pequeño granito de arena", aseguraba el informático, después de que su nombre saliera a la luz. Hutchins trabaja en una empresa de ciberseguridad, Kryptos Logic, con sede en Los Ángeles. Su jefe, Salim Neino, destacó que su empleado "había evitado un daño mundial, no solo a EEUU". Ahora le dio unos días de vacaciones.