Mayo, ecuador de la primavera y Galicia en prealerta por sequía. Los días de lluvia se alternan con los de calor intenso y la duda es si será suficiente, como insisten en la Consellería de Medio Ambiente, para evitar problemas más graves los próximos meses. Porque venimos del verano más caluroso en 35 años y de un invierno un tercio más seco de lo habitual y las predicciones son de que el verano será seco. Junto con la inquietud por el suministro de agua, la larga lista de consecuencias por esta extraña meteorología incluye las pérdidas en la producción agrícola las intensas heladas de finales de abril fueron la estocada definitiva para muchos cultivos; la oleada de incendios y la actividad energética, que en la comunidad depende mucho de que haya precipitaciones y viento. Sin ellos y sin nuevos parques eólicos por el parón que vive el sector con los problemas para poner en pie las instalaciones vencedoras del concurso de la Xunta de 2010 y la reforma de las primas, la producción de las renovables en Galicia cayó el pasado año al mínimo de los últimos cuatro ejercicios, según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

La generación vinculada al antiguo régimen especial que agrupa a las tecnologías que tenían derecho a subvención por sus elevados costes y su contribución a la lucha contra el cambio climático sumó en Galicia durante 2016 un total de 12.380 gigavatios hora (GWh). Es un 5,3% menos que el año anterior y la cantidad más pequeña desde 2012, cuando la producción alcanzó los 12.032 GWh. A pesar de la notable bajada, la comunidad se mantiene como una de las principales potencias en fuentes limpias de España. De aquí salió el 12,5% de la producción renovable del país y únicamente Andalucía y Castilla y León superan la generación de Galicia, con 17.596 GWh y 14.636, respectivamente, en ventas del régimen especial.

Algo más del 58% de la electricidad verde made in Galicia en 2016 procedió de la eólica. Los parques sacaron 7.223 GWh. El suyo es el mayor de los descensos entre las tecnologías que operan en la comunidad. La producción de los aerogeneradores tras todo este periodo de poco viento descendió, como reflejan las estadísticas de la CNMC, un 14,5%, y en su caso es el dato más bajo en los últimos ocho años, desde 2008. En su contra está la ausencia de potencia nueva. Ninguno de los proyectos autorizados en la subasta autonómica que siguen adelante tras las renuncias alrededor de 1.900 megavatios (MW) están en funcionamiento e, incluso, hay otros 400 MW pendientes de anteriores repartos.

La cogeneración sí que cerró un buen ejercicio tras la travesía en el desierto por los efectos de la reforma energética, que diezmó su retribución. Casi 2.800 GWh, el 22,6% del total de la generación y un incremento del 28,5% que la coloca en máximos históricos.

También la hidráulica elevó su actividad: un 28,5%, hasta los 1.768 GWh. ¿Por qué si las lluvias fueron escasas? Porque en la primera mitad del año sí las hubo, abundantes además. La caída en la producción en su caso se nota especialmente en los últimos meses y se verá más en el balance de este 2017. Además, solo los pequeños embalses forman parte del régimen especial.

La electricidad a partir de residuos alcanzó 337 GWh, un 7,2% por debajo de 2015; y 233 GWh en biomasa, con una caída también del 6%.

El informe de la CNMC recoge también la retribución a las renovables en 2016, más de 10.000 millones de euros, con un recorte anual del 12%, que llegó al 15% en la eólica.

Haz click para ampliar el gráfico