La primera jornada huelga de las tres convocadas en la fábrica de Alcoa en A Coruña paralizó ayer la elaboración de los productos de aluminio que la multinacional pone en el mercado, con un seguimiento del 100%, según datos del comité de empresa, que aseguró que todos los trabajadores que se incorporaron a sus puestos a partir de las seis de la mañana de ayer fue para cubrir los servicios mínimos. "Los servicios mínimos son amplios y mucho mayores en volumen de lo que pretendía el comité pero hemos logrado que lo que se produzca durante la huelga sea producto que se destine al reciclaje, que no se pueda poner en el mercado", explicó el presidente del comité, Juan Carlos Corbacho, a este diario.

Los paros comenzaron a las seis de la madrugada, hora a partir de la que un grupo de trabajadores se concentró -por turnos- en el interior de la fábrica para protestar contra lo que consideran una obstrucción al acuerdo por parte de la dirección de Alcoa en la negociación del convenio colectivo.

Pasadas las siete y media de la mañana, los empleados incendiaron una barricada con neumáticos que provocó una intensa humareda visible desde varios kilómetros. Estos fueron todos los incidentes de la jornada en la que los trabajadores evitaron cortar el tráfico o llevar las protestas fuera de la factoría. "En otros momentos en que necesitábamos el apoyo de la ciudadanía hemos realizado protestas y sido un incordio; ahora se trata de un problema interno y no se lo vamos a hacer pagar a los vecinos", explicó Corbacho.

Los servicios mínimos fueron pactados después de que los representantes de Alcoa y de la factoría acudiesen al Acordo Interprofesional Galego sobre Procedementos Extraxudiciais para a Solución de Conflitos Colectivos de Traballo (AGA). Las dos partes se reunieron el jueves durante siete horas para finalmente acordar la cobertura de emergencia. Esta permitió que los hornos y la maquinaria de Alcoa permaneciese en funcionamiento durante toda la jornada, dado que la factoría exige una producción permanente para evitar problemas de seguridad y mantenimiento por desajustes de temperatura en las cubas de electrolisis, entre otros aspectos. Con este nivel de operatividad, además, Alcoa mantiene su nivel de consumo eléctrico constante, y evita así incumplir las condiciones exigidas a los grandes consumidores industriales que reciben bonificaciones al recibo eléctrico por estar dispuestos a reducir o detener su consumo (interrumpibilidad).

La plantilla de Alcoa está llamada a otras dos jornadas de huelga para hoy y mañana, con lo que los paros finalizarán a las seis de la mañana del domingo, día 4. El comité de huelga, explicó Corbacho, está dispuesto a tomar cualquier medida en la vía de la negociación, aunque lamentó la pasividad total" de la empresa. Fuentes de Alcoa aseguraron ayer sin embargo que la dirección se reunió con el comité por la tarde para hacer una propuesta -que no detalló- pero fue rechazada.

Los trabajadores exigen un "convenio de la recuperación" con un alza salarial del IPC más un 1,5% y advierten de que sufrieron numerosos recortes y ajustes, como un ERE temporal en 2012; un descuelgue del convenio por parte de la empresa en 2013 y después, que los operarios tuvieran que devolver un 0,25% del sueldo al producirse un IPC negativo en 2014.

La empresa, por su parte, confirmó ayer el cumplimiento de los servicios mínimos precisó que la negociación continúa abierta y confió en llegar "al mejor acuerdo para las dos partes". Recordó sin embargo la necesidad de garantizar la competitividad de la fábrica, para lo que es precisa "flexibilidad" para hacer frente a la situación del mercado.