Más de 70 países se comprometieron ayer con una convención desarrollada por la OCDE que pretende evitar la evasión fiscal de las multinacionales que abusan de su presencia en diferentes Estados para evitar pagar impuestos o buscan la jurisdicción que les sea más favorable.

Estados Unidos no se ha adherido al pacto y no tiene intención de hacerlo.

Un total de 67 países firmaron esta convención conocida por las siglas BEPS del proceso para impedir la llamada "optimización fiscal", a los que se añadieron ocho más que presentaron cartas de intenciones con el propósito de adherirse.

Este tratado, que para entrar en vigor tendrá que ser ratificado por cinco Estados, establece unos estándares en la aplicación de las convenciones fiscales bilaterales que ya existen.

Esas convenciones ya no necesitarán renegociarse una por una, sino que tendrán un marco que permitirá su aplicación conforme a las reglas del acuerdo multilateral.

El responsable fiscal de la OCDE, Pascal Saint Amans, que señaló que entre 1.200 y 1.300 de las 3.500 convenciones fiscales bilaterales que hay en el mundo quedarán cubiertas con los países ahora firmantes, se mostró confiado en que "rápidamente" se llegará a un centenar de adhesiones.