Los ricos también lloran con la caída del Popular. Mucho menos, claro, que el resto de los cientos de miles de pequeños inversores atrapados por la intervención y venta instantánea al Santander, para los que las acciones y los híbridos de capital eran más una forma de ahorro que una migaja de la propiedad del banco. El Mecanismo Único de Resolución (MUR) europeo impone pérdidas a todos. Hay nombres muy conocidos de la esfera económica gallega y española entre los afectados, como Luis Fernández Somoza, el que fue presidente de Azkar; Juan Carlos Rodríguez Cebrián, exdirector general de Inditex; la millonaria Alicia Koplowitz e incluso la familia de Ana Botín, que, como presidenta del Santander, asume un banco rescatado que se llevó por delante una parte de su fortuna.

Guntín, una de las dos principales sociedades de inversión de capital variable (sicav) de Luis Fernández Somoza, tenía al cierre de marzo 216.000 euros en acciones del Popular. Era un paquete estable en la cartera de la sicav y acumuló entre junio de 2016 y marzo de este 2017 un recorte superior al 21%.

Las dos sicavs ligadas a Rodríguez Cebrián cuentan con participaciones en el Popular. Silleiro inició el pasado ejercicio con más de 116.000 euros en acciones, aunque seis meses después su valor de mercado era de únicamente 44.000. Siguieron deteriorándose y en marzo ascendían a 35.000 euros. Silleiro llego a disponer además de 100.000 euros en pagarés de la entidad que se liquidaron. A través de Vivero, el paquete de capital era mucho más pequeño, de 17.000 euros hace un año y 14.000 a las puertas de que estallara la grave crisis del grupo financiero.

En febrero de 2016 venció el depósito de 400.000 euros, con una remuneración al 0,25%, que José María Castellano, expresidente de Abanca, mantuvo en el Popular. No se renovó. El inversor optó por entrar en el capital del banco en los últimos meses del pasado año con 58.000 euros que, en marzo de este ejercicio, bajaron a 57.000.

Torrenova lidera el ranking de las sicavs españolas. Es la mayor en patrimonio y número de accionistas, capitaneada por la conocida saga de los March. Tienen casi 5,1 millones de euros en cédulas, siempre garantizadas como si fueran cuentas o depósitos.

No le ocurre lo mismo a Alicia Koplowitz. Su sicav Morinvest finalizó marzo con 722.000 euros en bonos, uno de los híbridos transformados en capital para luego dejar a cero su valor. Las pérdidas son relativamente escasas ante lo que podían haber sido: tres meses antes contaba con otros 1,232 millones también en bonos y cerca de 3,4 millones a principios de 2016.

La familia Del Pino, fundadora de Ferrovial, entra en la lista de damnificados por dos sociedades: Allocation suma 570.000 en deuda subordinada del Popular que no se podían amortizar hasta diciembre de 2019 y otros 523.000 euros a través de Match Ten.

Lierde, la sicav del anterior presidente de Telefónica, César Alierta, escapó antes de la tempestad. A finales de 2015 llegó a amasar 3,071 millones de euros en acciones del banco. En junio el paquete descendió hasta 320.000 euros. Este marzo no quedaba nada.

El empresario hindú Ram Bhavnani alcanza 116.000 euros en acciones con sus sociedades Evolution y Laxmi, incluidos 53.000 euros invertidos en los primeros meses de este año. Cartera Mobiliaria es otra más de las afectadas. La sociedad se come más de medio millón de euros en preferentes perpetuas del Popular, con un cupón del 11,5%. Es la sicav de cabecera de la familia Botín, la estirpe al frente de la presidencia del Santander, nuevo dueño del Popular.