La Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, reanudó ayer la estrategia de progresiva normalización de su política monetaria y elevó su tipo oficial de interés, como se esperaba, en un cuarto de punto (0,25 puntos porcentuales), situándolo en un rango entre el 1% y el 1,25%.

Se trata de la segunda revisión al alza de sus tasas de referencia en lo que va de año (la anterior fue en marzo) y la cuarta desde que en diciembre de 2015 la Fed subió sus tipos por primera vez desde junio de 2006. Tras el derrumbe financiero de septiembre de 2008, la Reserva Federal contrajo sus tipos a la horquilla entre el 0,25%, y los mantuvo inalterados durante siete años.

Sin esperar a las prometidas políticas inflacionarias del presidente Trump (más inversión pública, reducciones fiscales y alzas arancelarias), que siguen empantanadas, la autoridad monetaria estadounidense mantuvo su guión y renovó la expectativa de otro incremento de 0,25 puntos en sus tasas antes de fin de año para situarlas entre el 1,25 y el 1,5%.

La Fed ve un progreso moderado de la economía en EEUU y aumentó su previsión de crecimiento en una décima (hasta el 2,2%) y redujo en dos (hasta el 4,5%) la tasa de paro y en tres (hasta el 1,6%) la inflación al cierre de 2017.