La multinacional Inditex cerró su primer trimestre fiscal -que como firma textil comprende del 1 de febrero al 30 de abril- con un beneficio neto de 654 millones, 100 millones más y un 18% por encima del mismo periodo del año pasado, que de nuevo vuelve a tocar un máximo histórico en la imparable evolución de la compañía. Pasa lo mismo con las ventas. El gigante de Arteixo vendió prendas y complementos por valor de 5.569 millones de euros, a una media de 62,5 millones por día en todo el mundo. La cifra es de nuevo un récord en la trayectoria de Inditex y supera en un 14% la facturación obtenida en el mismo trimestre del año pasado.

Este avance de las ventas es además el tercero más significativo en los últimos cinco años. La cifra de negocio sólo creció más entre febrero y abril de 2015 (un 17%) y en 2012 (+15%); el año pasado lo hizo un 12%; en 2014, un 4% y en 2013, un 5%, pero en ninguno de esos ejercicios, el volumen de ventas fue tan alto. El impacto de la conversión de las diferentes divisas de los 93 mercados en los que opera la textil es esta vez negativo, dado que su facturación a tipo de cambio constante habría aumentado sólo un 12,5%.

Inditex inicia el segundo trimestre con buen pie, dado que entre el 1 de mayo y el 3 de junio, la facturación avanzó otro 12%, lo que anticipa un buen año, dado que la compañía registra sus mejores resultados en la segunda mitad del año. El presidente, Pablo Isla, aseguró ayer que el negocio en el mercado doméstico de Inditex "sigue siendo muy saludable", con crecimientos de las ventas en superficie comparable (la que lleva más de un año abierta). "Seguimos muy activos en España con importantes aperturas", remarcó. Es todo lo que concretó el máximo responsable de la compañía que evita detallar la división de cuota de mercado por países en sus presentaciones trimestrales. Igual que ocurre con los resultados de las cadenas. Isla comentó que Zara aporta dos terceras partes de las ventas totales, aunque destacó la "buena marcha" de las marcas Uterqüe, Oysho y Massimo Dutti. Como ya es habitual, el máximo directivo de la firma evitó dar datos sobre la evolución de las ventas online, dada la "integración" del modelo entre el establecimiento físico y el virtual, pero los analistas calculan un crecimiento de entre el 25 y el 30% y una aportación a la facturación global del 7 al 9%.

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El grupo fundado por Amancio Ortega obtuvo un margen bruto de 3.240 millones de euros, un 14% superior al del mismo periodo de 2016, tras descontarle a las ventas los costes asociados a estas transacciones, que ascendieron a 2.329 millones (+14%). Los gastos de explotación (los provocados estrictamente por la actividad principal) se elevaron otro 13%, hasta los 2.136 millones que la compañía atribuye al crecimiento de la superficie comercial, dado que incluyen todos los gastos de lanzamiento de nuevas tiendas y plataformas online. Solo en este periodo, Inditex abrió 93 nuevas tiendas -20 de ellas, de su marca estrella, Zara- hasta sumar un total de 7.385 establecimientos en 93 mercados diferentes. Zara.com abrió sus puertas además a la clientela de Tailandia, Malasia, Singapur y Vietnam.

La multinacional logró un resultado operativo de 1.113 millones (+17%) y tras pagar un 17% de esa cifra en impuestos (un total de 190 millones) y unas amortizaciones y depreciaciones de 279 millones, cerró el trimestre con un resultado neto de 654 millones. Esta vez Inditex no sorprendió a los analistas, que ya esperaban un crecimiento del beneficio del 18% que superaría los 650 millones y el cumplimiento de las expectativas fue recibido en Bolsa con un descenso del precio de las acciones del 1,80%.

Inditex saca pecho de su "sólida situación financiera" con 4.075 millones en caja, lo que la consolida en el podio de las compañías del Ibex con mejores posiciones.

La maquinaria del grupo es también imparable en reclutamiento de personal; en el último año ha incorporado a 10.668 personas y de ellas, un 21% (2.242) lo hicieron en España, donde la multinacional inauguró las nuevas oficinas de Stradivarius en Cerdanyola (Barcelona), con 32.000 metros cuadrados y con los últimos avances en eficiencia energética que le permitirán obtener la máxima certificación en este campo, LEED oro, con la que ya cuenta la sede de Oysho en Tordera. La multinacional iniciará en breve las obras del centro logístico de A Laracha y el de la localidad holandesa de Lelystad, que absorberán 150 millones de inversión.

Pablo Isla destacó ayer además la evolución de la tecnología RFID, que está implantada casi al 100% en Zara y se está iniciando en Massimo Dutti. La compañía prevé que estos dispositivos, instalados en las alarmas y que permiten inventariar cada una de las prendas y localizarlas en todo momento hasta su venta, lleguen a todas las cadenas en tres años.