El expresidente de Banco Popular Emilio Saracho renunció a una indemnización que ronda los cuatro millones de euros tras su destitución como presidente de Banco Popular después de la resolución y venta de la entidad. De este modo, Saracho rehusó cobrar la compensación económica que le correspondería por no haber cumplido el contrato de cuatro años que le vinculaba con Banco Popular. El contrato de Saracho también preveía una prima de entrada de cuatro millones de euros, ya percibida por el directivo, según informó ayer el diario El Mundo.

Durante la junta general de accionistas de IAG, celebrada el pasado miércoles, Saracho aseguró "haber intentado" evitar la resolución del Popular, que derivó en la amortización de todas las acciones del banco, así como también de su deuda híbrida. En sus primeras declaraciones públicas tras la operación, el expresidente de la entidad financiera propietaria del Pastor indicó, además, que los accionistas y bonistas de Popular, que perdieron íntegramente su inversión en el banco, "están en su derecho" de presentar acciones legales contra el consejo de administración que él presidía o contra los gestores que les precedieron.

Por su parte, un juzgado de lo social ha desestimado la demanda interpuesta por el también expresidente de Banco Popular, el gallego Ángel Ron, contra la entidad en la que reclamaba una indemnización por despido improcedente. El directivo reclamaba una compensación calculada a partir de su salario como presidente (106.000 euros mensuales). Ron no recibió indemnización tras ser destituido como presidente del banco, pero se fue con un fondo de pensiones de 23 millones.

El juez diferencia tres etapas en la relación del expresidente del Popular con la entidad. En primer lugar, considera que durante el tiempo transcurrido entre el 1 de agosto de 1984 y el 28 de enero de 1999, cuando ocupó diversos puestos en el banco, su relación con la entidad era laboral. Más tarde, cuando fue nombrado director general en 1999 la relación pasó a ser de alta dirección. Esta relación cambió el 14 de marzo de 2002, cuando fue nombrado consejero delegado. Al integrarse en el consejo de administración de la entidad, la relación "ya no es de alta dirección", señala el juez en la sentencia a la que tuvo acceso Europa Press.

La sentencia, adelantada por el diario El País, señala que cuando Ron fue nombrado director general el contrato no se formalizó por escrito ni se especificó si la relación de alta dirección sustituía a la laboral o esta quedaba en suspenso. "La ausencia de pactos al respecto determina que se deba considerar que la relación laboral común permanecía suspendida", indica.

Para el juez, resulta "significativo" que en 2002, cuando Ron se integró en el consejo, no se trató la suspensión de la relación laboral entre él mismo y la entidad, mientras que sí "se revive, con efectos retroactivos" el 25 de febrero de 2015, cuando Ron ya llevaba tiempo siendo presidente de Popular, en una cláusula en la que se indica que la relación laboral había quedado en suspenso.

El juez indica también en la sentencia que existen "sospechas" acerca de "una posible autocontratación fraudulenta" a la vista de la documentación aportada por las partes, si bien no tiene en cuenta esta cuestión "por no alegada".

Así, con independencia de estas sospechas, para el juez "lo acordado carece de validez si se llega a la conclusión de que en ese momento la relación contractual laboral estaba extinguida", ya que "en tal caso era imposible dejar suspendida una relación inexistente y nos encontraríamos ante un contrato carente de objeto, por lo que sería plenamente nulo".

Mientras, en cuanto a la gestión del Banco Popular tras su integración en el Santander, la entidad presidida por Ana Patricia Botín integrará "a todos los efectos" las marcas Popular y Pastor, aunque la dirección de la entidad todavía desconoce cuánto tiempo conllevará la integración, según informó UGT tras la reunión mantenida ayer con el banco. El sindicato explicó que la dirección de la entidad no ha puesto sobre la mesa "ningún recorte" de plantilla y confía en que se incorporen todos los trabajadores del Popular en el Santander.