Desde 2008, cuando empezó la reestructuración bancaria, en España cerraron 17.700 oficinas. Galicia es la séptima comunidad con más clausuras porque también aquí el impacto del ajuste del sistema fue mayor por la fallida fusión de las dos cajas de ahorros -con una red muy solapada- y la absorción del Pastor y el Gallego. El número de sucursales vuelve a niveles de 1978. Y todavía falta el nuevo tijeretazo del Santander al Pastor. Galicia acabó el primer trimestre de este año con 1.603 oficinas, según los datos que acaba de publicar el Banco de España. Son cuatro oficinas más que en diciembre. Pero esa no es la tendencia que seguirá el sector en los próximos meses, ni tampoco lo norma. En los últimos doce meses, entre marzo de 2016 y el mismo mes de 2017, los cierres ascienden a 90.

Desde junio de hace 39 años que Galicia no tenía tan pocas oficinas de entidades financieras. La banca aumentó sin descanso su red, hasta que en septiembre de 2008 registró su máximo histórico, con 2.539 sucursales. La crisis paró en seco la expansión. Desde entonces, en Galicia dejaron de operar cerca de un 37% de las oficinas, un total de 936.

En el conjunto del Estado, la reducción alcanzó al 38,4%: 17.714 sucursales. A la cabeza está Cataluña, que perdió casi la mitad de las oficinas bancarias. Le sigue la Comunidad Valenciana, con el 43,6% y Madrid, donde la disminución ronda el 43%. Entre las provincias gallegas, Ourense y Pontevedra soportan lo gordo de la reestructuración, con el cierre del 45% y el 39,5%, respectivamente, de su red; mientras que en A Coruña llega al 35% y al 26,2% en Lugo.

El recorte puede provocar un problema de desatención financiera, sobre todo entre los clientes más veteranos, muy lejos todavía de estar al día de la banca online. Por cada 10.000 habitantes, en Galicia existían 9,2 sucursales en 2008. Ahora son 5,9. La media estatal se sitúa en 6,1 oficinas.