La primera de las cuatro jornadas de huelga que los sindicatos convocaron hasta el próximo 5 de julio en el sector del metal coruñés fue un éxito según CIG, CCOO y UGT, que consiguieron paralizar la actividad de las grandes empresas de siderometalurgia, aquellas que superan los cien trabajadores, donde el seguimiento fue prácticamente total, y movilizar a un total de 4.000 trabajadores en A Coruña, Santiago y Ferrol. Entre el 90 y el 100% de la plantilla secundó la protesta y Emesa de Coirós, Metalúrgica Gallega y Horta Coslada, de Arteixo o Celsa Atlantic, de A Laracha, paralizaron totalmente su producción durante el día de ayer. Los piquetes recorrieron los principales polígonos industriales de la comarca para verificar el seguimiento de los paros e informar a los trabajadores que habían acudido a su centro de trabajo de la convocatoria y los motivos para la huelga.

El seguimiento también fue amplio en algunas de las más importantes empresas subcontratadas para la instalación o mantenimiento de redes por Telefónica, R, Gas Natural Fenosa, Movistar o Vodafone, que también pertenecen a este sector. En Liteyca, SEMI, Comfica o Elecnor una media del 80% de los empleados secundaron la jornada de paros, en consecuencia con una de las reclamaciones que los sindicatos plantean en este convenio; la obligatoriedad de subrogación de una plantilla cuando una empresa pierde el contrato de servicio con otra y entra una sociedad nueva. Este relevo, que según la plantilla, se produce en muchas ocasiones porque las firmas que entran nuevas ofrecen precios fuera de mercado a costa de contratar y pagar por debajo de convenio, ha provocado en los últimos años sonoros conflictos en subcontratas de Gas Natural Fenosa, entre otras.

Los concesionarios con taller más grandes también sufrieron ayer importantes bajas en sus plantillas, aunque como reconoció Eduardo Caamaño, secretario comarcal del metal en la CIG, no lo fue tanto en los más modestos, dado que dentro de los establecimientos de venta de vehículos, los comerciales y el personal administrativo está regido por el convenio del comercio vario y sólo los operarios de reparaciones están en el del metal. "Hubo algún gerente que se opuso inicialmente a dejarnos pasar para informar a los trabajadores pero al final celebramos varias asambleas y en algunas sólo había tres o cuatro personas", explicó en referencia a la labor de los piquetes, que especialmente en A Grela recorrieron buena parte de los concesionarios que permanecían abiertos.

Aunque CCOO llegó a cifrar el seguimiento de la huelga en la comarca en un 90% éste se produjo en las grandes empresas, pero fue muy desigual en las pymes, y en general en las firmas sin representación sindical, donde algunos trabajadores decidieron secundarla a título personal.

Los piquetes iniciaron su recorrido a golpe de silbato antes de las seis de la madrugada en el polígono de Sabón donde según la CIG, algunas empresas pretendían "coaccionar y desmovilizar" al personal y esquivar a los piquetes con el adelanto de la hora de entrada. La labor informativa se produjo sin incidencias finalmente tanto en Sabón, como en A Grela y Pocomaco, donde los sindicalistas iniciaron su recorrido a las seis de la mañana y lo prolongaron hasta bien avanzada la jornada. Varias patrullas de Policía Nacional vigilaron de cerca a los sindicalistas, aunque en A Coruña no se produjo ningún incidente. Ni tan siquiera ardió una barricada.

Ya a mediodía los trabajadores del metal y los delegados sindicales se concentraron ante la sede de la Confederación de Empresarios de A Coruña (CEC) para reclamar un convenio "digno y con derechos" y denunciar la actitud dilatoria de las patronales implicadas en la negociación; la de siderometalurgia (Sidero), la Asociación Provincial de Electricistas de A Coruña (Asinec), la Asociación Provincial de Talleres de Reparación de Vehículos de A Coruña (Aptcor) y la Asociación Provincial de Instaladores de Fontanería, Gas y Afines de A Coruña (Agasca). "Llevamos más de veinte reuniones en dos años y medio y no ha habido avances, a ver si ahora cambian un poco de actitud", reclamó Caamaño.

La manifestación central de la jornada de ayer se celebró en Ferrol, donde unas 3.000 personas marcharon a mediodía entre la Plaza de España y el Cantón de Molíns. Los sindicalistas presumieron de haber cumplido su objetivo, al "parar el tejido industrial de toda Ferrolterra", donde el 100% de las subcontratas que trabajan para los astilleros públicos quedaron paralizadas, junto con los polígonos. Los trabajadores, según los sindicatos "están muy mentalizados en la necesidad de poder recuperar todos los derechos perdidos a lo largo de los últimos años".

Tampoco en Ferrol se produjeron incidentes, aunque según explicó Vicente Vidal, de la CIG, "tan solo algún trabajador que quiso ejercer su derecho de pasar a trabajar y se le explicó que esto es una lucha de todos". Víctor Ledo, de CCOO destacó una participación "masiva y voluntaria", sin incidentes con los piquetes.

Sólo en Santiago ardieron ayer dos contenedores y los sindicalistas cortaron el tráfico por la mañana. Los piquetes recorrieron las empresas del polígono do Tambre y luego partieron en manifestación -en torno a medio millar de personas- hasta la sede de la Xunta en San Caetano tras la pancarta Convenio del metal. Solución ya.

Las centrales cifraron en un millar de personas los trabajadores de Compostela afectados, que en su mayoría secundaron la jornada de protesta especialmente en las empresas Castrosúa, Carrocerías Tambre, Roromosa, Arteal, Citroën, BMV, Alumisan y Galanas.

La huelga está convocada también para el próximo martes, día 27, y para el 4 y 5 de julio. Álvaro Lois, de UGT, dejó claro ayer que son necesarias mejoras en conceptos salariales y de ayudas sociales, y advirtió de que si no hay respuesta de la patronal estos días, los sindicatos estudiarán convertir la huelga en "permanente".