El subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, sospecha que el Banco Popular tenía más garantías de las que presentó al organismo, lo que le habría permitido obtener más liquidez, aunque cree que la resolución no se habría demorado mucho más tiempo en ejecutarse. Lo aseguró ayer durante su conferencia en el seminario La cuarta revolución. Cómo afecta la agenda digital a la economía y a la industria organizado en la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), en la que explicó que los bancos centrales pueden prestar liquidez en función de las garantías presentadas por las entidades. Fuentes del antiguo equipo gestor del Popular señalaron que el banco ofreció garantías por importe de 40.000 millones de euros en activos por las que se le concedió una línea de liquidez de 3.800 millones de euros.

"Las que no se presentan a Banco de España es como si no existieran, si no las traen no las vemos", señaló Alonso en su discurso. "El Banco de España otorgó toda la liquidez que pudo con las garantías que le presentó el banco", añadió. Éste indicó que las garantías presentadas por Popular fueron "relativamente pocas", por lo que el organismo "sospechó" que el banco tenía "potencialmente más garantías". "Se puede sospechar que tenía más, pero si no las trajo no las vimos y no puedo certificarlo", aclaró. "La provisión de liquidez por parte del banco central es ilimitada hasta el límite en que haya garantías", apuntó.

Sin embargo, Alonso cree que no puede predecirse cuánto habría aumentado el valor del banco después de presentar las garantías adicionales que supuestamente no se presentaron. "No sabría hablar de días, horas o minutos", señaló.

Posteriormente, el Banco de España remitió unas declaraciones de Alonso en las que matiza las anteriores y reconoce que la utilización del verbo sospechar no ha sido afortunada. "Quiero precisar que cuando he dicho que el Banco Popular podría tener más garantías, no he estado afortunado utilizando el verbo sospechar. La entidad tenía algunos activos más, que podrían haber sido utilizados como garantías, si la entidad los hubiera movilizado a tiempo, antes de que ella misma se declarara inviable. En todo caso, como ya he mencionado, el volumen de esos activos muy probablemente no hubiera cambiado la situación más que de modo transitorio", expuso.

Por otra parte, el subgobernador no quiso hacer autocrítica sobre su papel en la caída de Popular. "No sé qué autocrítica quieren que hagamos. El que representa a España en la Junta Única de Resolución es el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y la autoridad supervisora para entidades significativas es el Mecanismo Único de Supervisión", apostilló.

En cambio, fuentes próximas al anterior equipo gestor del Popular aseguran que la entidad presentó colaterales por importe de 40.000 millones de euros al Banco de España en el marco del programa de Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA, según sus siglas en inglés) solicitado por el banco a los supervisores ante sus problemas de liquidez, desvelados a raíz de los resultados de la auditoría interna ordenada por Emilio Saracho a su llegada a la en tidad.

Los supervisores finalmente concedieron a Popular 3.800 millones de euros a través de la línea una línea de liquidez de emergencia otorgada el 5 de junio, pero este importe se volatilizó ante la fuga de depósitos que estaba sufriendo la entidad. Ante la salida masiva de depósitos, el Popular solicitó el 6 de junio otra línea de emergencia, pero no le fue concedida por falta de colateral, según explicó el propio ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, en el Congreso.

"Los aumentos de eficiencia requeridos podrían contribuir a una cierta consolidación adicional dentro del sector", explicó ayer además Alonso sobre el proceso de concentración bancaria. Para él, las entidades bancarias "deben adaptarse al nuevo entorno y continuar con la corrección ordenada del exceso de capacidad realizado en los últimos años", dado que España "sigue siendo el país con mayor densidad de oficinas por habitantes de la Unión Europea", algo que "no parece muy compatible con la innovación tecnológica".

A pesar de que considera que el sector bancario cuenta con una "mejor posición" y una "mayor capacidad de resistencia" para afrontar los nuevos cambios, "resulta difícil imaginar que se puedan alcanzar de manera sostenida los niveles de rentabilidad previos a la crisis financiera".