La fusión de las nacionalizadas Bankia y BMN engordará las pérdidas del rescate bancario en otros 1.106 millones de euros, aunque la cifra definitiva dependerá del precio al que se privatice el banco resultante. Los consejos de administración de las dos entidades aprobaron ayer, tras tres meses de negociación, el precio de la operación.

El presidido por José Ignacio Goirigolzarri entregará nueva acciones propias equivalentes al 6,7% de su capital a los accionistas del presidido por Carlos Egea. Ello supone valorar BMN en unos 825 millones de euros, de los que al Estado le corresponden 536 millones, menos de un tercio de los 1.645 millones en ayudas que le inyectó en el 2013.

Goirigolzarri aseguró ayer que la valoración de 825 millones es "razonable" y no le hará variar su política de dividendos ni le hace temer una oleada de demandas de los minoritarios de BMN que se sientan perjudicados. Goirigolzarri se refería a la oferta de 1.300 millones de euros que BMN recibió el pasado marzo, que quedaban en 1.000 millones, una vez rotas las alianzas con otras compañías como las de seguros, y recordó que "no era vinculante" y se hizo sin una auditoría o due diligence previa, cosa que Bankia sí ha hecho. Por lo tanto, explicó, el FROB -accionista mayoritario de ambas entidades- no pierde nada, pues no vende nada, sino que su inversión "cambia de receptáculo, o de vehículo". La ecuación de canje establecida para la operación es de una acción ordinaria de Bankia por cada 7,82987 acciones de BMN y, para afrontarla, Bankia emitirá 205,6 millones de acciones, lo que supone valorar BMN en 825 millones de euros ó 0,41 veces su valor en libros, que asciende a poco más de 2.000 millones. Tras la operación, que se cerrará a finales de año, una vez autorizada por los organismos competentes, los accionistas de BMN tendrán un 6,7% del capital de Bankia.