Ya no queda nadie, ni los más optimistas, que hable de recuperación sin matizar que el crecimiento no será real hasta que llegue a todos. Porque todavía no es así. El profundo proceso de devaluación interna que vivió España todavía duele en el bolsillo del ciudadano, a la espera de que el cambio de ciclo empuje por fin al alza los salarios. Galicia, que no se caracteriza precisamente por sueldos altos y donde el incremento de la ocupación va más lento, es una de las tres únicas comunidades en las que el presupuesto familiar volvió a reducirse el pasado año. Un 0,5%, hasta los 26.291 euros al año, según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Son 90 euros por debajo de 2015, frente a la subida del 2,6% (781 euros) en el conjunto del país. Desde 2008, el gasto de los hogares gallegos acumula un descenso cercano a los 3.700 euros. Unos 307 euros menos al mes.

El consumo privado en Galicia alcanzó los 28.588,4 millones de euros. Prácticamente la misma cantidad que un año antes. ¿Por qué el gasto total se mantiene y cae la media por hogar? Por el ligero aumento del número de familias, aunque su tamaño es menor. De ahí que si miramos el desembolso medio por persona, el montante se eleva ligeramente, un 0,3%, con 10.605,8 euros durante el pasado ejercicio.

El récord de la inversión familiar está en 2008, en la antesala del estallido de la crisis. Entonces, los gallegos movilizaron más de 30.200 millones de euros, casi 30.000 euros por hogar. Solo en 2015, coincidiendo con el primer año completo de alza del Producto Interior Bruto (PIB) y el fin de la destrucción de empleo, su presupuesto rompió con la tendencia decreciente. Fueron 26.381 euros, un 1,8% más que en 2014. Pero en 2016 se repite la caída, que solo superan Asturias (0,7%) y Cantabria (1,5%).

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El gasto repunta en el resto de autonomías, con Baleares (6,7%), Andalucía (6,1%) y Murcia (6%) a la cabeza. Las autonomías que destacan en desembolso medio por hogar son aquellas que habitualmente sobresalen también por la remuneración a sus trabajadores: País Vasco (33.691 euros), Madrid (32.682) y Navarra (32.232).

La vivienda y sus servicios absorbieron en 2016 alrededor de 30 de cada 100 euros del desembolso en cada familia gallega, con 7.783 euros anuales. La alimentación concentró el 16,2%, alrededor de 4.250 euros. El transporte ronda el 12,5% (3.280 euros). Y el gasto en restaurantes y hoteles un 8,4% (2.211 euros). Solo estos dos últimos grandes capítulos experimentan una subida anual, del 2,8% y el 1,8%, respectivamente, como recoge la nueva edición de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE. Las compras de comida y bebida caen un 6,5% y un 0,9% el mantenimiento de la casa.

Respecto a 2008, el tijeretazo al mes en alimentación llega a los 85 euros y 45 en ropa. Los gallegos destinan a ocio y espectáculos unos 33 euros menos que en el último año de bonanza; 43 euros por debajo en el caso de la hostelería; y 113 en transporte. Los recibos de la vivienda, en cambio, arrastran estos últimos ocho años un encarecimiento mensual de 74 euros.

De lejos, la principal partida de las cuentas de las familias gallegas es el pago de la vivienda. Casi 4.200 euros al año entre los que la tienen en propiedad -en estadística se denomina alquiler imputado, asimilable con la hipoteca-, a razón de 350 euros al mes. En otros arrendamientos imputados van 1.014 euros y 465 euros en alquileres reales, que se disparan un 7%, mientras que el esfuerzo en los que están comprando se desploma un 14% gracias a la situación actual de los tipos de interés.

Por detrás está el gasto en restauración, algo más de 2.000 euros al año. Un 5,1% más que en 2015. El tercer mayor gasto es el combustible del coche, que supone unos 1.170 euros al año; y el cuarto, vestirse: 1.048 euros.

Los gallegos gastan más en carne (980 euros), que en automóviles y motos (874 euros). Pero es la carne el capítulo básico que más cae entre 2015 y 2016, un 18%. En porcentaje, el mayor recorte es el dentista, un 58% por debajo del ejercicio precedente, con 172 euros.

A servicios de telefonía van 737 euros; casi 670 en talleres; 658 para electricidad; 574 euros anuales en pescado y marisco, un 9% menos; 625 euros en pan; 558 en leche y huevos; y 551 euros en el seguro del coche, que sube un 6,3%. Sin embargo, entre los seguros aumenta con más fuerza el de la vivienda (19,2%) y, sobre todo, en protección social (50%).

Entre los gastos de peso están además el calzado (432,8 euros), frutas (400), legumbres y hortalizas (383), aparatos y equipos terapéuticos (380), artículos para el cuidado personal (359), tabaco (332), peluquerías y estética (294 euros) -tras un alza del 15%- y los medicamentos (244 euros al año).

La formación condiciona el puesto de trabajo e influye, por tanto, en los ingresos de un hogar. Por eso el gasto de las familias en las que la persona de referencia cuenta con educación superior alcanza los 33.374 euros, un 69% más (13.000 euros de diferencia) que los que cuentan con estudios primarios, 19.700 euros.

Las distancias por edad van de los 26.600 euros que desembolsan de media los hogares encabezados por gallegos de 16 a 44 años, hasta los 29.350 de los que están en la horquilla de los 45 y los 64 años. En los de más de 65 el presupuesto baja a 22.800 euros.

La evolución de las cuentas domésticas gallegas es el enésimo ejemplo del esfuerzo que los pensionistas han realizado estos años de crisis para mantener a las familias por la propagación del desempleo. El gasto de los mayores aumentó desde los 21.553 euros de 2007 a los 24.100 de media que se alcanzaron en 2012. A partir de ahí, cuando la reforma del sistema de pensiones desvinculó las prestaciones del IPC, baja. En los últimos años cayó un 5,4%.