La gallega Alba Guizán cumplirá este año los 26 y, por el momento, es uno de esos ejemplos de jóvenes gallegos que encuentran dificultades para lograr un empleo estable. Sin embargo, no se rinde y está aprovechando su graduado en Educación Infantil para abrirse paso en el mundo laboral. "Estoy dando clase en una academia como profesora de apoyo unas horas a la semana", comenta Guizán.

Este puesto lo compagina como camarera en algunos locales de hostelería. "Cuando no encuentras de lo tuyo, de lo que te gusta, acabas en otros trabajos porque no puedes estar parado, tienes que vivir de algo", explica.

A su juicio, buena parte de la culpa de la situación de emergencia que vive Galicia con el tema de las pensiones "es de los sueldos tan bajos que hay hoy en día". "Nosotros no estamos cotizando y no vamos a cobrar nada en el futuro. Los contratos suelen ser muy precarios, de pocas horas, y eso no te da una buena base de cotización para el día de mañana puedas tener un buena pensión", indica Guizán.

Además, esta joven gallega considera que una buena solución sería "cambiar los tipos de contratos", ya que "hoy se puede hacer casi cualquier tipo de contrato, sobre todo en cuanto a duración, y al final no consigues nada fijo".

Por último, Guizán hace suya una frase que se escucha a muchos jóvenes de la comunidad y del país: "Todos piden experiencia y al final nadie te da la oportunidad de tenerla y así es muy difícil". Aunque recuerda la paradoja de que "también hay personas mayores que tienen mucha experiencia pero tampoco los cogen precisamente por eso, por la edad", otro de los problemas del mercado laboral gallego.