El consejero delegado de la cervecera coruñesa Hijos de Rivera, Ignacio Rivera, veía con preocupación el futuro de la compañía a principios del año pasado porque sin una ampliación de las instalaciones del polígono de A Grela su espectacular crecimiento de los últimos ejercicios se vería frenado bruscamente por falta de capacidad productiva. Para evitarlo, era necesario que el Concello de A Coruña accediese a recalificar los terrenos contiguos a la fábrica. Esa incertidumbre se disipó este año tras aprobar el Ayuntamiento coruñés la recalificación -está pendiente el traspaso de la titularidad-, con lo que la propietaria de Estrella Galicia podrá ampliar sus instalaciones y elevar la producción para mantener su crecimiento y expansión en el mercado europeo.

Pero esta firma familiar coruñesa no solo crece en territorio europeo, sino también en el americano, donde uno de sus principales hándicaps es la ausencia de una fábrica en propiedad que le permita producir cerveza a su antojo y responder de forma rápida a los aumentos de la demanda o a la entrada en nuevos mercados. Un obstáculo que Hijos de Rivera está en vías de saltar tras anunciar esta semana un acuerdo para construir una fábrica propia en Brasil, en el estado de Minas Gerais, lo que supone cumplir uno de los mayores "sueños" de su consejero delegado. Ignacio Rivera llevaba años apostando por el proyecto que ahora da sus primeros pasos. La disponibilidad de una planta propia en territorio brasileño permitirá a la compañía coruñesa hacer una apuesta más decidida por el mercado americano y afrontar de forma más eficiente su expansión al otro lado el Atlántico.

Estos dos hitos -que se completarán en los próximos años, pues en ambos casos aún no han empezado las obras- blindan el crecimiento futuro de la cervecera fundada en 1906. Si cada vez es más frecuente ver Estrella Galicia en cualquier ciudad de España, estas dos operaciones abonan el terreno para que en unos años pueda serlo también en otros países de Europa y América.

La ampliación de las instalaciones de A Coruña permitirá a Hijos de Rivera casi duplicar su producción. La factoría de A Grela sacó al mercado el año pasado 237 millones de litros de cerveza -más del doble que en 2010, cuando comercializó 106 millones-, pero tiene capacidad para producir 400 millones de litros, una cantidad que actualmente no podría sacar al mercado porque su departamento de envasado se queda pequeño. "Tenemos ya el nuevo edificio de cocimiento, que nos permite producir 400 millones de litros al año, pero necesitamos mayor capacidad de envasado o nos encontraremos con un cuello de botella", explicaba Ignacio Rivera a finales de marzo, en la presentación de resultados de la compañía, cuando la recalificación de los terrenos de A Grela aún estaba en su fase inicial.

La tramitación se encuentra ahora en pleno proceso de cambio de titularidad de los terrenos, de pública a privada, por lo que está más cerca que Hijos de Rivera se haga con ellos y pueda iniciar las obras. De hecho, en marzo su consejero delegado confiaba en poder iniciar la ampliación de la fábrica a finales de año.

La operación supondrá una inversión de 150 millones de euros, buena parte de los más de 300 millones que la cervecera coruñesa prevé gastar en distintos proyectos en el periodo 2017-2019.

Entre esas inversiones está la derivada de la construcción de una fábrica propia en Brasil, en la localidad de Poços de Caldas, con un desembolso inicial de más de 27 millones de euros. La nueva planta estará situada en el estado de Minas Gerais, pegado a Sao Paulo, donde tiene su sede la filial brasileña del grupo coruñés, Estrella Galicia do Brasil, que emplea ya a unas 60 personas.

Hijos de Rivera depende actualmente del alquiler de una fábrica de un productor local -con contrato vigente hasta 2019- para producir cerveza en territorio brasileño, lo que limita su capacidad de maniobra y crecimiento en el mercado americano. La disponibilidad de una planta propia le dará más independencia y le permitirá crecer -si la demanda responde- a un ritmo muy superior al actual.

La facturación en Brasil superó en 2016 los sesenta millones de reales, casi 18 millones de euros, pero la construcción de la factoría brasileña está pensada para abastecer también al resto del mercado americano. La compañía "plantó semillas" en los últimos años, en palabras del propio Ignacio Rivera, en países próximos como Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay o Paraguay mediante acuerdos con distribuidores locales de cara a conocer mejor esos mercados y afrontar, según se den las condiciones, su expansión en esos territorios.

La vista de los directivos de la cervecera coruñesa, sin embargo, no se limita solo al sur del continente americano sino que también mira al norte, a Estados Unidos, un mercado que trata de impulsar y que ve óptimo "para reciclarse y aprender". En el mercado estadounidense el 20% de la facturación en el negocio de la cerveza corresponde a productos craft (artesanos), el nicho en el que se centra Estrella Galicia. "En EEUU puedes ser grande y artesano a la vez y aquí parece que no, que al ser grande no puedes ser artesano. Queremos llegar a ganar la liga de las cervezas craft", apuntaba Rivera en marzo.

El reto más inmediato de Hijos de Rivera en el mercado global es lograr que el 10% de sus ventas sean fuera de España -el año pasado superaron el 8 %-, un hito que ayudará a lograr el crecimiento de sus instalaciones en Galicia y Brasil. A cierre de 2016 el grupo contaba con 23 empresas en siete países (España, Portugal, Estados Unidos, Brasil, Filipinas, Japón y China) y el crecimiento de los próximos años dirá si Estrella Galicia pasa a ser la segunda firma coruñesa más reconocida en todo el mundo, tras la todopoderosa Zara y sus hermanas del imperio textil Inditex.