El presidente de Ferroglobe -la empresa resultante de la fusión de la española Ferroatlántica y la estadounidense Globe-, Javier López Madrid, visitó ayer la factoría de Cee y se reunió con los representantes de los trabajadores y los alcaldes de la zona afectados por el plan de la compañía de vender las centrales hidroeléctricas de los ríos Xallas y Grande. El directivo del grupo controlado por Villar Mir defendió ante la plantilla el plan de futuro presentado por Ferroglobe y la venta de los saltos de agua -para lo que precisa la autorización de la Xunta para separar la producción eléctrica de las fábricas de ferroaleaciones- como única fórmula para lograr la viabilidad de la firma.

Los empleados, por su parte, insistieron en rechazar la venta de las centrales gallegas y advirtieron a López Madrid de que seguirán "luchando hasta el final" para evitar que se realice una operación que consideran ilegal y que nunca negociarán sobre los saltos de agua.

En una reunión que fuentes sindicales calificaron de "tranquila y amena", las partes coincidieron en la importancia de restaurar la paz social "tanto en la propia empresa como en la comarca", donde, según los sindicatos, la compañía ha retirado importantes apoyos a entidades sociales y deportivas.

Esa paz social, sin embargo, es difícil de alcanzar pues ambas partes dejaron claro que si la resolución de la Xunta no les es favorable recurrirán.