La muerte por un disparo en el pecho de Miguel Blesa no impedirá que sus herederos tengan que asumir la responsabilidad civil de delitos cometidos por él y, por lo tanto, hacer frente a las posibles indemnizaciones que se deriven de ellos, a no ser que renuncien a la herencia que les corresponde.

La muerte de una persona investigada extingue su responsabilidad penal, pero no la civil que pueda acarrear, por lo que si existiera dicha responsabilidad derivada de un delito, ésta pasa a los herederos del fallecido.

En el caso de las tarjetas black -en el que numerosos directivos de Caja Madrid y Bankia gastaron más de 15 millones sin declararlos al Fisco-, Blesa fue condenado a seis años de cárcel, pero recurrió el fallo ante el Supremo. Con la muerte de Blesa ese recurso cae de forma automática, pero sus herederos tienen la posibilidad de presentar otro. Además, están las causas pendientes de los sobresueldos de Caja Madrid y de las participaciones preferentes.