El presidente de la multinacional textil coruñesa Inditex, Pablo Isla, resalta en muchas de sus intervenciones públicas que el éxito de la compañía que dirige es el resultado del trabajo de las miles de personas que la integran, "de su pasión, compromiso y esfuerzo". Una plantilla que ve continuamente "cosas que mejorar" y centrada en lograr "la satisfacción de los clientes", por lo que el grupo también aspira a corresponder esa entrega funcionando "como una empresa pequeña" en cuanto al "trato" dado y al "cuidado" de sus empleados, apostando "siempre" por la promoción interna.

El pasado martes, durante la junta general de accionistas de Inditex, Isla desveló un dato que confirma ese compromiso del grupo fundado por Amancio Ortega de apostar por los profesionales que integran su plantilla: el 17% de ellos -más de 25.000 trabajadores, el 75% mujeres- promocionaron el año pasado a puestos mejores como consecuencia de una política interna de relación con los empleados caracterizada por "la diversidad, la igualdad de oportunidades y el desarrollo profesional".

El presidente del gigante textil con sede en Arteixo aseguró en varias ocasiones durante su intervención ante los accionistas que la empresa está "centrada en las personas" y "volcada en el talento creativo" con distintos programas de desarrollo profesional y captación de talento. El crecimiento constante del grupo lo ha llevado a contar con más de 162.000 trabajadores en plantilla, de 99 nacionalidades y que hablan 45 idiomas distintos, pero con un mismo objetivo y características comunes en su perfil profesional: "Una fuerte orientación al cliente, humildad, autoexigencia, inconformismo, innovación, trabajo en equipo, creatividad, diversidad y ecoeficiencia".

Isla también defendió, en respuesta a preguntas de la representante de CCOO en la compañía, Fátima Romero Taboada, que el compromiso de la firma con su plantilla va más allá de su promoción interna y destacó la importancia de "motivar" a las personas, "que son el centro de la empresa". En este sentido, el directivo del grupo fundado por Amancio Ortega aludió al plan de participación de los empleados en los beneficios de Inditex -aplicado sobre los ejercicios 2015 y 2016 y que mantiene para este año y el próximo-, una forma de reconocer "la contribución de la plantilla" a que el crecimiento de la empresa sea "constante, sólido y sostenible". Ese plan de participación en las ganancias supuso el reparto en abril de este año de 42 millones de euros entre unos 84.000 trabajadores con más de dos años de antigüedad en la empresa como resultado del alza de los beneficios de 2016.

Pero la filosofía de Inditex de ser una empresa "centrada en las personas" trasciende la propia multinacional coruñesa en el marco de su estrategia de "crecimiento sostenible" en todos los eslabones de la cadena de producción y como "generadora de valor social y medioambiental". El presidente del gigante de Arteixo defendió ante los accionistas que el objetivo de la empresa es crear valor social en toda la cadena de suministro mediante una gestión sostenible -con la trazabilidad de las prendas y la transparencia en la cadena de producción como pilares- que pone "al trabajador en el centro", como beneficiario de distintas iniciativas que buscan mejorar su situación personal y profesional y defender los derechos humanos. Isla apuntó siete grandes aspectos en los que incide la compañía en beneficio de los profesionales que indirectamente trabajan para Inditex en terceros países: la participación de los trabajadores, salud y seguridad laboral, salario digno, prácticas de compra responsables, empoderamiento de la mujer, protección de los migrantes y formación y sensibilización.

En cuanto a la participación de los empleados, la textil con sede en Arteixo destaca el acuerdo marco global firmado con la federación internacional de sindicatos IndustriALL Global Union, que en octubre cumple 10 años. El convenio implica total transparencia en la cadena de suministro de la compañía, la implantación de programas de formación y representación de los trabajadores a nivel local, la promoción de iniciativas que favorezcan salarios dignos e intervenciones conjuntas para subsanar cuestiones laborales que puedan surgir en la cadena de suministro. Entre los hitos de este acuerdo marco, el grupo fundado por Amancio Ortega destaca la creación de una red sindical de proveedores de Inditex en Vietnam.

En materia de salarios dignos, el gigante textil destaca que cuenta con un Código de Conducta de Fabricantes y Proveedores de obligado cumplimiento para las empresas que integran la cadena de suministro de la compañía -que establece que el salario digno es "una remuneración adecuada que permite al trabajador cubrir sus necesidades básicas y otras adicionales para sus familias"- y que vela para que todos sus proveedores lo cumplan. Al mismo tiempo, el acuerdo con IndustriALL permite fomentar la negociación colectiva en las fábricas, lo que redunda en "mejores salarios y condiciones dignas de trabajo".

Otro de los puntos principales de esa estrategia del "trabajador en el centro" es el empoderamiento de la mujer. Consciente de que la cadena de suministro está formada principalmente por mujeres, Inditex promueve en distintos países iniciativas en favor de la igualdad de género y programas para prevenir la explotación, el acoso y los abusos. "Nuestro deber y misión es contribuir a que todas estas trabajadoras tengan las mejores condiciones laborales y gocen de las mismas oportunidades que los hombres", indica la multinacional textil coruñesa en su Memoria Anual 2016.

El gigante textil defiende en su informe de actividad del año pasado la importancia de unas buenas prácticas laborales y medioambientales -con rígidos controles y auditorías a sus proveedores- porque ese "trabajador" o "personas" en el centro son la clave de un crecimiento "sólido y sostenible" a lo largo del tiempo.