En el puente de agosto se concentran buena parte de los desplazamientos por carretera del periodo estival, y la Dirección General de Tráfico (DGT) prevé que las carreteras gallegas se colmen con unos 900.000 vehículos desde hoy y hasta mediados de la próxima semana. La cifra es muy superior a la de hace un año (690.000), y tendrán que pagar bastante más por alimentarse en las estaciones de servicio. No solo eso: en lo que va de vacaciones de verano el gasóleo, combustible más habitual en el parque móvil español, se ha encarecido un 2,6% en Galicia; en el conjunto de la península los precios aumentaron un 0,9%. Esto significa que el coste en los surtidores gallegos se disparó tres veces más que la media española.

El litro de diésel se pagaba ayer, según los datos del Ministerio de Energía, a 1,113 euros de media, por los 1,225 de la gasolina. Para un depósito medio de 50 litros un vehículo necesitará 55,65 euros para llenarlo de gasóleo si reposta en Galicia, por los 53 del promedio de las estaciones españolas. Para el caso de la gasolina la diferencia es de 2,25 euros, también con las gasolineras gallegas como las más caras. En la España peninsular (sin Baleares e islas Canarias), hay 1.195 establecimientos donde se vende el litro de gasóleo por debajo de un euro. Solo tres son gallegos (el 0,6%); todos son propiedad de compañías independientes y low cost de centros comerciales. Están en Laraxe (Cabanas), Ferrol y Pontedeume.

Pero también es posible repostar cerca de la comunidad gallega a precios muy bajos sin necesidad de desplazarse a Salamanca o Chiva (Valencia), donde están las estaciones más baratas para diésel y gasolina, respectivamente. En la provincia de León el gasóleo se paga a 1,04 euros de media; en Ourense, vecina puerta con puerta, cuesta 1,12 euros. Es un 7% más, una diferencia de cuatro euros en un depósito. Porque Ourense es la provincia más cara de España. El litro de gasóleo cotizaba ayer a 1,12 euros, por encima del precio semanal de las estaciones de servicio de Francia, Holanda e Irlanda, por ejemplo.

Hace un año el litro de diésel costaba en Galicia 1,049 euros, con lo que el llenado completo de un depósito ha pasado a costar 3,2 euros más. Es un alza del 6%, casi cuatro veces superior a la inflación anual registrada en julio, según la información del Instituto Galego de Estatística (IGE).

A nivel estatal, y con respecto a la misma semana del año pasado, el litro de gasolina tiene actualmente un precio un 5,9% superior, mientras que en el caso del gasóleo es un 7,6% mayor.

El pasado mes de abril, ambos carburantes tocaron sus máximos desde 2015, tras la espiral alcista iniciada en noviembre como consecuencia de los incrementos en el precio del barril de crudo provocados por la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de reducir su producción, que llevó al crudo a consolidarse por encima de los 50 dólares el barril. Sin embargo, la decisión del cártel de ampliar los recortes en la producción de petróleo durante nueve meses más, hasta marzo de 2018, menor tiempo al previsto por el mercado, provocó la tendencia contraria.

La producción conjunta de la OPEP volvió a subir el pasado mes pese a la estrategia oficial de recortar el bombeo para reducir el exceso de oferta en un mercado que, según los datos hechos públicos hoy por la organización, sigue recibiendo más crudo del que consume. Los catorce miembros de la organización produjeron en julio 32,86 millones de barriles diarios, 173.000 barriles, o un 0,5%, más que el mes anterior.

De esta forma, la producción conjunta de la OPEP llevaría así cuatro meses al alza y se acerca a los 33 millones de barriles del pasado diciembre, cuando esta organización y varios grandes países productores más pactaron retirar del mercado 1,8 millones de barriles, un acuerdo que fue renovado el pasado mayo.