En muchos hogares gallegos no quedó otra alternativa que imitar a las administraciones públicas durante estos años de fuerte crisis y enfundarse su propio plan de austeridad. Las familias sin problemas para cuadrar sus cuentas vuelven a ser mayoría (54%), según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre la situación de la economía doméstica en el segundo trimestre de este 2017, pero no hace demasiado, a principios de 2013 -coincidiendo con la resaca de la mayor caída del Producto Interior Bruto (PIB) de la autonomía de la etapa del pinchazo-, al 46% le costaba llegar a fin de mes y casi un 18% sufría muchas dificultades. Tantas, que ni lo más básico se libró de los recortes. El consumo en alimentación empezó a caer y todavía a estas alturas marca las distancias con los niveles previos a la doble recesión. El gasto, sin embargo, marca un récord en Galicia, con 1.601 euros por persona. ¿Cómo es posible si se come menos? Por el encarecimiento constante de la cesta de la compra.

La alimentación y las bebidas no alcohólicas solo se abarataron en España en 2014. Un 0,3%, entonces. El descenso es casi anecdótico en medio de la clara tendencia al alza en los precios, con un ascenso acumulado entre 2010 y julio del actual ejercicio del 10%. En Galicia ni eso. No hubo ninguna tregua en la subida imparable de los artículos con los que llenamos la nevera y el incremento llega al 10,7%, únicamente superado por Cataluña (12,4%) y Castilla y León (10,8%).

El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente admite que el comportamiento de los precios impacta de lleno en la evolución del consumo alimentario en el país. En gasto total de las familias españolas alcanzó el año pasado los 67.095,5 millones de euros, un 0,1% más que en 2015: la demanda bajó un 0,7% y los precios crecieron un 0,8%.

En Galicia se compraron 1,823 millones de toneladas de comida en 2016. Es un 0,8% por encima del ejercicio anterior, aunque en comparación con 2009 el descenso es del 7,3%. El desembolso de los hogares suma 4.353,8 millones de euros después de un avance anual del 1,1%, como recoge el informe que acaba de publicar el departamento que dirige Isabel García Tejerina. Hace siete años, cuando se adquirieron en la comunidad 143.500 toneladas más de alimentos, el coste para las familias fue apenas un 2% mayor.

La evolución del precio medio por los alimentos refleja de forma muy gráfica el esfuerzo al que han tenido que hacer frente los hogares gallegos: unos 2,26 euros por kilo en 2009 y 2,39 euros, máximo histórico, en 2016.

Cada gallego gastó de media el pasado año 1.601,23 euros en alimentación. O, lo que es lo mismo, unos 133,4 euros al mes, alrededor de 4,4 euros por día. Galicia se coloca como la cuarta autonomía en el ranking del coste de la cesta de la compra. A la cabeza está Asturias (1.678 euros), seguida de País Vasco (1.660) y Cataluña (1.622). El desembolso por habitante en la comunidad es 73 euros mayor al del conjunto del Estado (1.528) y alrededor de 250 euros más que las comunidades en las que se destina, y se necesita, menos dinero para comer: Murcia (1.334 euros per cápita al año), Extremadura (1.304) y Andalucía (1.295).

Además del encarecimiento de la cesta de la compra, en la radiografía del consumo alimentario intervienen los cambios demográficos que vive España. "Se observa una disminución de hogares con hijos pequeños y el descenso generalizado de consumo en familias", explica el informe del Ministerio. "Por otra parte son los hogares de jóvenes independientes los que más incrementan en número y, aunque también ha aumentado su consumo, este es muy inferior a la media debido a su mayor consumo fuera del hogar", continúa, sin mención alguna a la pérdida de poder adquisitivo en el colectivo por el peso del desempleo en esas franjas de edad y el tipo de contratación. "Los hogares de retirados siguen creciendo en número -añade- y aportando crecimiento a la alimentación".

El sector concentró el 16,2% del presupuesto familiar en Galicia en 2016, según el IGE. Únicamente el capítulo de la vivienda -incluidos los recibos por servicios como agua y luz- pesa más, con el 29,6%. No hay números concretos de la inversión en alimentación por edades, pero sí del gasto en general para hacerse una idea de la diferente capacidad de unos y otros. Frente a los 26.300 euros que un hogar gallego desembolsa al año, la media entre los formados por personas de 16 a 44 años ronda los 26.600; los 29.350 entre los 45 y los 65 años; y los 22.800 en aquellos que superan esa horquilla y están jubilados.

Haz click para ampliar el gráfico