Los taxistas gallegos respaldan las últimas medidas propuestas por el Ministerio de Fomento para regular las empresas que utilizan licencias de Vehículo Turismo con Conductor (VTC), tipo Uber o Cabify, pero exigen su puesta en marcha efectiva a la mayor brevedad, a fin de acabar con la "incertidumbre" y la "desprotección" que, consideran, sufre su sector.

El departamento dirigido por Íñigo de la Serna va a prohibir que se vendan los permisos hasta dos años después de haberlos obtenido con el objetivo de frenar la especulación que se ha desatado en este ámbito. Además, obligará a implantar un registro electrónico para controlar que estos vehículos no capten clientes directamente en la calle. Con la normativa actual lo tienen vetado, pero los taxistas se quejan de su incumplimiento.

"Las propuestas nos parecen bien, pero lo que hay que hacer es que se lleven a cabo", afirma Manuel Sánchez, presidente de la Federación de Autónomos del Taxi de Galicia (Fegataxi), que agrupa a unos 2.500 de los 3.800 profesionales que trabajan en los ayuntamientos gallegos. Critica la "falta de control" con la que en la actualidad operan estas empresas y reclama que si van a suponer una competencia para los operadores tradicionales, no sea "desleal" y se produzca en igualdad de condiciones.

A finales de junio representantes de Fegataxi se reunieron con la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, para trasladarle sus peticiones. La Xunta accedió a incrementar los controles para velar por el cumplimiento de la normativa, que obliga a que las empresas con licencias VTC tengan una oficina de atención al público, dispongan de bases en las que espere la flota y den de alta a los trabajadores en la Seguridad Social a tiempo completo. Hasta la fecha, asegura el Ejecutivo gallego, no se detectó un incremento de las sanciones.

El Gobierno autonómico también avanzó que modificaría el reglamento de la Ley del Taxi para llevar un registro público de ambas modalidades, VTC y taxis.

Más de dos meses después, no se han producido avances, explica Sánchez, que lo achaca al verano y a la puesta en marcha del nuevo Plan de Transporte Público, que ha absorbido la atención de la Xunta. Espera que en próximas fechas se puedan volver a sentar a la mesa para ir materializando lo acordado, pero, hasta el momento, valora la atención que le está dispensando el Gobierno gallego.

Pese a esa evaluación positiva, el presidente de los taxistas gallegos se muestra pesimista sobre el futuro del sector. "Va a ser muy difícil, hay muchos intereses y poca gente dispuesta a tomar decisiones", apunta, y advierte de que si las soluciones no llegan tendrán que recurrir a las movilizaciones, como la que protagonizaron en mayo, cuando dos centenares de taxis rodearon el complejo administrativo de San Caetano, la sede de la Xunta en Santiago.

La implantación de Uber y Cabify en Galicia todavía es pequeña, pero es previsible que vaya en aumento, sobre todo en las ciudades, donde ya hay sobreabundancia de taxis tradicionales. Uno de los factores que más inquietan al sector es la avalancha de licencias VTC que se espera que concedan los tribunales. Hasta 2009, la norma estipulaba que por cada permiso de este tipo, entonces utilizados básicamente para servicios de lujo como limusinas, habría 30 de taxi. Ese año, una ley del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero liberalizó el sector, pero en 2013, ya con Mariano Rajoy en la Moncloa, se restauró la proporción 1/30. No obstante, el Tribunal Supremo dio la razón a los que solicitaron la licencia durante aquellos años.

En la comunidad gallega hay 147 permisos, de los que 22 se dieron este año por vía judicial, dejando la ratio VTC-taxis en 1/25. Pero el presidente de Fegataxi augura que se otorgarán centenares más de licencias en los próximos meses.