En el sector energético se da por hecho que, más pronto que tarde, llegará una nueva oleada de fusiones ante el agotamiento del negocio tradicional de las compañías, con caídas constantes en el área de generación y distribución y el empuje de las renovables como alternativa en la descarbonización de la economía europea. Y de dimensiones europeas será esa probable consolidación. España cuenta poco margen tras la guerra de OPA que hace una década provocó un enfrentamiento en mayúsculas entre las propias eléctricas y los entonces pujantes grupos de construcción y servicios. Fue, por ejemplo, el caso de Unión Fenosa, que pasó a manos de ACS tras el intento fallido de un consorcio de grandes empresarios gallegos capitaneados por Amancio Ortega para hacerse con la firma. Hoy Fenosa está bajo el timón de Gas Natural, protagonista de los primeros movimientos para el nuevo baile energético. Su presidente, Isidro Fainé, intenta una macrofusión con Energías de Portugal (EDP) para crear la primera energética ibérica y la mayor firma del sector por capitalización bursátil (35.000 millones de euros).

Los planes de Fainé son conocidos y fuentes del sector sostienen que su intención pasa impulsar la operación. El pasado mes de junio, Reuters publicaba sus contactos con la cúpula de la compañía lusa para ver la viabilidad de la integración y Expansión aseguró en su edición de ayer que el máximo responsable de Gas Natural ha dado un paso más y se ha visto en China con la corporación estatal China Three Gorges, que controla, a través de su fondo CWE Investment, algo más del 21% de EDP. Es su máxima accionista desde que el Ejecutivo portugués abrió la eléctrica a socios privados para hacer caja y revertir los efectos de la crisis.

Gas Natural Fenosa no hizo comentarios tras transcender las conversaciones con la directiva de EDP y guarda también silencio ahora. En el sector recuerdan que este tipo de procesos son largos y que no parece que la posible operación esté ya definitivamente encarrilada.

Tanto Gas Natural Fenosa como EDP son operadores muy importantes en el sector energético gallego. La firma con sede en Barcelona es la principal distribuidora y una de las grandes promotoras de renovables. EDP cuenta con más de 200 MW en parques en la comunidad.