La aseguradora Catalana Occidente, con sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), sigue con atención la situación política en Cataluña y se plantea "tomar las medidas oportunas para preservar los intereses de los clientes, trabajadores, mediadores y accionistas".

Fuentes del sector asegurador han señalado que el grupo está preparado para aplicar medidas "de forma ágil" cuando lo considere oportuno y sigue de manera atenta "todos los acontecimientos que están ocurriendo" para actuar "en función de cómo se desarrollen éstos".

La aseguradora, cotizada y presente en 50 países, "velará por que sus productos y servicios no se vean afectados por la coyuntura económica y social, con la prioridad de garantizar el cumplimiento de sus garantías contractuales".

Catalana Occidente es una de las empresas que se plantean tomar decisiones sobre sus sedes ante el riesgo de una declaración unilateral de independencia por parte del Parlament en los próximos días.

El presidente de la aseguradora, José María Serra Farré, ha recogido la preocupación que siente en un comunicado interno enviado a sus trabajadores. El grupo, uno de los líderes del sector asegurador español, aumentó un 9,4 % su resultado consolidado en el primer semestre del año, hasta alcanzar los 190,2 millones de euros. Su red cuenta con 1.600 oficinas y cerca de 19.000 mediadores, nombre bajo el que se agrupan a los corredores de seguros.

Codorníu alerta del "riesgo económico global que existe"

El grupo vitivinícola Codorníu Raventós asegura que es responsabilidad de las empresas "poner sobre la mesa el riesgo económico global que existe" ante la actual situación política en Cataluña y lamenta que sean las compañías las que tengan que pagar las consecuencias.

En un comunicado remitido a Efe, la compañía, que fue fundada en 1551 y es la empresa familiar más antigua de España, afirma que esta crisis "afecta directamente a todos los empleados, clientes proveedores y colaboradores de Codorníu que trabajan repartidos por toda la geografía española".

Subraya, en este sentido, que Codorníu Raventós, que tiene su sede en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), es una empresa "catalana y también española" y lamenta que se la haya vinculado con el independentismo sin que tenga nada que ver con este proceso ni ningún otro.

"Lo hemos desmentido por activa y por pasiva. Queremos repetir bien claro que nosotros no hacemos política, ni queremos, ni nos corresponde, porque para ello están las instituciones y los foros adecuados", remarca la dirección general del grupo, que reconoce que los "inciertos comentarios" que se difunden de Codorníu perjudican "seriamente" la imagen de la compañía.

Codorníu, que preside Mar Raventós, ve "inconcebible" que las empresas catalanas, que únicamente tienen ánimo de generar empleo y riqueza en todo el país, tengan que pagar las consecuencias de esta situación política y estén sometidas a una presión innecesaria.

Por ello, el grupo considera que es responsabilidad de las empresas "poner sobre la mesa el riesgo económico global que existe ante el escenario actual".

La firma, que en los últimos años ha sufrido el boicot a los productos catalanes, está presente en más de 100 países y tiene más de 3.000 hectáreas de viñedo en propiedad y un equipo formado por más de 800 personas.

El grupo alcanzó en 2015 unos ingresos de 233,5 millones de euros.