Las estadísticas muestran que la economía gallega se consolida en tasas de crecimiento superiores al 3% y que, además, encadena ya un año superando los ascensos de la media estatal. Sin embargo, este mayor repunte de la actividad en la comunidad no se está trasladando a un mercado laboral que en Galicia es incapaz de meter una marcha adicional y que corre el riesgo de verse superado por el español. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), relativa al segundo trimestre del año, la tasa de paro en Galicia se sitúa en el 16,11%, frente al 17,22% del conjunto del Estado. Pese a que la autonomía gallega mantiene todavía una ligera ventaja, esta se ha estrechado en los últimos tiempos hasta el punto de encontrarse en su nivel más bajo de los últimos diez años.

Lejos parecen quedar los años del inicio de la crisis, en los que Galicia ponía en práctica una defensa numantina y capeaba el temporal que asolaba al resto del país. Sin ir más lejos, en el último trimestre de 2009 la tasa de paro en España escalaba con fuerza hasta el 18,66%, mientras que Galicia la mantenía a raya en el 12,8%.

Las particularidades de la economía gallega provocan que esta sea una de las que mayores muestras de fortaleza hacen en momentos de turbulencias pero, al mismo tiempo, la otra cara de la moneda revela que sigue teniendo una asignatura pendiente: la dificultad para poner velocidad de crucero cuando el viento sopla a favor en el apartado económico.

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Los expertos justifican este comportamiento por factores como el mayor peso del sector exportador, capaz de mantener su actividad aún con la pérdida de fuelle de la demanda interna, y un ecosistema empresarial dominado por unas pymes con menor músculo para contratar e incrementar su plantilla en momentos de bonanza. A estos dos factores se sumó, en el caso de la última crisis económica, la menor exposición al ladrillo, que provocó que el contagio fuese menor que en las comunidades del sur de España.

Alza de los cotizantes

Los datos de afiliación a la Seguridad Social del mes de septiembre revelan que, mientras la cifra de cotizantes en España repunta un 3,8% en los últimos doce meses, en el caso de Galicia el crecimiento en este apartado es de prácticamente la mitad: solo del 2%.

Detrás de este peor comportamiento está el menor tirón en la comunidad gallega de las tres actividades que más se están recuperando en el conjunto de España: la construcción, la hostelería y el comercio al por menor, sobre las que ha recaído la tarea de generar uno de cada tres nuevos puestos de trabajo en España, una proporción que cae a uno de cada cinco en el caso de Galicia.

Donde más visible se hace este contraste es en la afiliación del sector de la construcción. Mientras que en el Estado despunta con fuerza, un 6,3%, en Galicia se mantiene en los mismos niveles que en septiembre del año pasado, ante un sector que se reactiva más por la colocación del stock de vivienda ya existente que por la construcción de obra nueva.

Una dinámica similar, aunque menos pronunciada, se produce en la hostelería (las afiliaciones crecen un 4,5% en España frente al 3,1% en Galicia) y en el comercio al por menor, donde el número de cotizantes aumenta un 2,2% y un 0,8%, respectivamente.

A su vez, dos de los motores de la actividad en la comunidad gallega no terminan de despuntar más que en otros territorios del Estado. Es el caso del empleo en una industria manufacturera cuya pegada en el PIB se hace notar con especial intensidad en Galicia, pero que crece a un ritmo idéntico al del resto del país: el 3,3%.

Empleo por cuenta propia

El otro ejemplo es el de los trabajadores autónomos. Su peso en el total de afiliados a la Seguridad Social en Galicia es del 20%, el porcentaje más elevado de toda España. Sin embargo, ese peso ha sufrido caídas en los últimos tiempos ya que, sin ir más lejos, en septiembre del año pasado llegó a situarse en el 20,5%. Y es que si ya en el conjunto de España su cifra total permanece casi estancada (apenas crece un 0,8%, hasta quedarse cerca de los tres millones de trabajadores por cuenta propia), en el caso de Galicia no solo no crecen sino que, incluso, descienden un 0,4%, hasta los 198.000 profesionales.

En paralelo, la economía gallega se enfrenta a otro desafío: la pérdida de población en edad de trabajar. Al éxodo de población registrado durante la crisis económica se une el envejecimiento de la población gallega, que mengua el número de personas en edad laboral y, por tanto, el número de futuros afiliados a la Seguridad Social. En los últimos diez años Galicia perdió 43.000 activos (un 3,3% del total). Una dinámica que contrasta con el resto de España, donde el número de cotizantes crece un 1,67% desde entonces.