La brecha de los autónomos respecto al resto de trabajadores no solo se refleja en unos salarios que son la tercera parte. A estos profesionales les toca cargar con esta losa en forma de ingresos más reducidos durante su vida laboral y también una vez finaliza esta etapa y llegada la jubilación. Los menores sueldos y la inclinación por cotizar por la base mínima se hacen notar sobre los bolsillos de este grupo de profesionales a la hora de percibir unas pensiones que, en la mitad de los casos, se reducen al importe mínimo fijado por ley.

Según las estadísticas elaboradas por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, hasta 88.222 autónomos jubilados gallegos perciben la pensión mínima (de 786,9 euros al mes para aquellos mayores de 65 años con cónyuges a su cargo y de 605 en caso contrario). De esta forma, casi la mitad del total de retirados que forma parte de este grupo (un 49,4%) recibe las pagas más reducidas una vez jubilados. Tan solo en Extremadura (52,8%) y Castilla-La Mancha (50,9%) existe una proporción mayor de jubilados autónomos percibiendo la pensión mínima. El dato cobra especial relevancia en el caso de Galicia por su contraste respecto al resto de jubilados. Del total de trabajadores que durante su vida laboral estuvieron afiliados a la Seguridad Social por el resto de regímenes -general, mar, empleados de hogar o agrario-, solo una quinta parte (el 21,4%) recibe la pensión mínima tras jubilarse.

Detrás de esta cuestión se encuentran varios factores. El primero, el hecho de que el 86,4% de autónomos españoles cotiza por la base mínima (implica unas cuotas de 275 euros al mes), pero no el único. Y es que se trata de un colectivo que percibe unos ingresos mensuales que las estadísticas del Ministerio de Hacienda cifraban en 751 euros al mes en su último dato, del año 2014, y que dificultan cotizar por una base mayor. Algo que se agrava en Galicia, Extremadura y Castilla-la Mancha, que se sitúan a la cola en la clasificación de comunidades con mayores salarios.

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"Muchos autónomos escogen la base mínima de cotización porque no se factura lo mismo todos los meses y buscan así un cierto refugio ante cualquier imprevisto", explica el responsable de una asociación de emprendedores gallegos. A estas dos cuestiones de índole económica suma otra: "Existe también un cierto desconocimiento en el colectivo de que, al cotizar por la base mínima te corresponde una pensión por jubilación más reducida y unas menores prestaciones en caso de, por ejemplo, una enfermedad".