Ante la convocatoria de las direcciones de Santander y Popular este viernes para comenzar las negociaciones de la reestructuración de la plantilla del grupo en el proceso de integración de ambas entidades, los representantes de los trabajadores ya avanzan que su planteamiento previo es que cualquier reestructuración debe realizarse "a través de vías no traumáticas". Los sindicatos que agrupan a los trabajadores en Galicia -1.422 son del Pastor y unos 900 del Santander- llevan una reclamación propia más, que se mantenga la marca de la que era filial del Popular en la comunidad gallega por su "valor añadido".

Como avanzó este diario el pasado martes, la entidad todavía no concretó a las organizaciones sindicales cuáles son sus planes ni tampoco si este ajuste inicial se centrará en los servicios centrales, donde se llegó a hablar de un excedente de 1.300 efectivos. El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, explicó durante la presentación de los resultados del tercer trimestre del banco que se negociará con los sindicatos "básicamente" una reestructuración en los servicios centrales. Pero el n úmero dos de la entidad no quiso anticipar ni el número de trabajadores que se verán afectados, ni la forma en la que se aplicará el ajuste, dado que estas decisiones deben ser fruto de un acuerdo con los sindicatos. "El tema de la integración de sucursales requiere la previa integración tecnológica, lo cual nos lleva al año 2019", recordó el directivo de la entidad que preside Ana Patricia Botín.

El ajuste llega después de que tanto Santander como Popular aplicaran el año pasado sendos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). La reordenación de la primera entidad afectó finalmente a 1.380 trabajadores de Santander España, pero se incluyeron en el ERE 680 empleados.

El del Popular en 2016 se cerró en julio de este año con la salida de 2.592 trabajadores, el 17% del total. Tras la absorción, el grupo Santander cuenta con 200.949 empleados, un 0,3% menos que tres meses antes, según los datos de la entidad a septiembre.

El ajuste por el proceso de integración de Banco Popular en el Santander se produce en un momento en el que los recortes de plantilla y sucursales están al orden del día en el marco de la transformación digital. EVO Banco -marca que en su día aglutinó el negocio exterior de Novagalicia Banco y que después fue vendida a un fondo de inversión, por lo que no tiene ninguna vinculación con Abanca- acaba de anunciar un plan de cierre de sucursales que afecta al 90% de su red y el despido de entre 260 y 270 trabajadores, el 60% del total.