El servicio de estudios del BBVA cree que la incertidumbre generada por la crisis política en Cataluña podría restar hasta 1,1 puntos al crecimiento económico en 2018, si la situación observada en octubre continúa hasta finales de año.

El director del servicio de estudios del BBVA, Rafael Doménech, ha señalado que, de momento, se han rebajado tres décimas a la previsión anterior de crecimiento económico para 2018, hasta el 2,5 %, por el aumento de la incertidumbre generada por el conflicto catalán, pero también por la desaceleración económica de España.

Durante la presentación del informe Situación España, ha cuantificado que, de extenderse la incertidumbre durante todo el cuarto trimestre, el efecto sobre el PIB podría generar un crecimiento económico en 2018 entre un 0,2 % y un 1,1 % menor al observado en un escenario sin tensiones.

No obstante, espera un "impacto limitado", que sólo sería más acusado si se incrementa su intensidad o duración en el tiempo o se contagia al resto de España, y ha considerado que es complicado estimarlo ya que se trata de una incertidumbre sin precedentes en España.

Para este año, el BBVA prevé que el crecimiento del PIB se sitúe en el cuarto trimestre entre el 0,8 % y el 1 %, para cerrar 2017 con un avance del 3,1 %, dos décimas por debajo de su anterior previsión, por la debilidad de las exportaciones y de la inversión en maquinaria y equipo y el menor avance del consumo familiar.

En el caso de Cataluña, los recortes en las previsiones detallados por la entidad serían más acusados, si bien no contemplan que la región pueda entrar en recesión.

De vuelta a España, el BBVA no contempla que el impacto de la crisis catalana influya en la economía hasta 2018 "porque las decisiones de consumo e inversión tienen un retraso importante, no ocurren en el corto plazo" sino que tardan entre 3 y 6 meses en producirse.

Así, el servicio de estudios espera una ralentización del consumo de los hogares, que será del 2,6 % este año y del 2,1 % el que viene, debido sobre todo al incremento de la incertidumbre, pero también a la desaparición de otros estímulos, como la rebaja fiscal, la demanda embalsada y la caída de los precios energéticos.

La incertidumbre también incidirá negativamente en decisiones de inversión, cerrando 2017 con un alza del 5,36 %, que se moderará al 2,8 % en 2018, mientras que la inversión en vivienda consolidará su recuperación con un crecimiento del 8,2 % este año, que mermará hasta el 5,9 % el que viene.

Respecto a las exportaciones, el BBVA contempla presiones a la baja derivadas de la apreciación del euro, las dudas sobre el Brexit, la política exterior de Estados Unidos, los atentados terroristasa y el entorno de incertidumbre política de la región, fijando un crecimiento del 5 % este año y del 4,3 % el que viene.

Las previsiones respecto al mercado laboral también serán más conservadoras, dice el BBVA Research, que espera un crecimiento del empleo del 2,7 % en 2017 y del 2,3 % en 2018, con 950.000 nuevos empleos entre ambos años.

No obstante, los niveles precrisis de ocupación y desempleo continúan lejos, dice el informe, que sitúa la tasa media de paro en el en el 17,1 % este año y en el 15,5 % el que viene, aunque a cierre de 2018 estaría por debajo del 15 %.

Doménech ha considerado, no obstante, que se trata de "una tasa de paro inaceptablemente alta" y que "el crecimiento de la productividad debe enfocarse al crecimiento estable del empleo" de forma que la mejora de las ganancias "se destine al alza de los salarios".

Respecto a la inflación, el impacto de la apreciación del euro sobre los productos importados sesga una décima a la baja la previsión para 2017, hasta el 1,5 %, y dos décimas la de 2018, hasta el 1,2 %.

El BBVA prevé que el déficit público se reduzca hasta situarse en el 3,1 % del PIB en 2017 y en el 2,4 % en 2018, en línea con los objetivos de estabilidad y considera "alcanzables" las líneas del Plan presupuestario para 2018 pese a que "no es previsible que se logre el nivel de ingresos públicos estimado".

Según sus previsiones, de cumplirse el escenario planteado, España saldría del protocolo de déficit excesivo en 2018.