La Comisión Europea continúa su estrategia del palo y la zanahoria para promover el desarrollo de vehículos eléctricos. Ayer anunció la hoja de ruta con la que espera reducir las emisiones de dióxido de carbono de vehículos un 30% entre 2021 y 2030 con un objetivo intermedio de un 15% en 2025.

La propuesta recoge sanciones de hasta 95 euros por cada gramo de más en que se excedan las emisiones de CO2 por kilómetro de cada nuevo coche sacado al mercado. También se pondrán en marcha incentivos para los fabricantes con el objetivo de que los vehículos de bajas emisiones -eléctricos, híbridos o de hidrógeno- representen más del 30% de su flota.

En esta línea, en España ayer se aprobó el Plan Movalt, que sustituye al Pive y que concederá 15 millones a la instalación de puntos de recarga y 20 a compra de vehículos alternativos, con subvenciones de entre 2.500 y 18.000 euros.