Galicia y el norte de Portugal tienen en común que son superproductoras de kiwi, con 700 y 2.100 hectáreas de cultivo, respectivamente; y otras 50.000 que suman de viñedo. Los restos de sus podas suponen "un recurso con un gran potencial" para obtener energía a partir de la biomasa, según el proyecto liderado por EnergyLab junto a otros ocho grupos de investigación y organismos a un lado y otro del Miño que echa a andar con casi 2,5 millones de euros de presupuesto y la financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).

Desde la innovación y la cooperación interregional, los promotores quieren analizar a fondo las posibilidades de estos restos como fuente energética y llegar a desarrollar una industria alrededor de la biomasa agroforestal.

"El estudio del potencial se llevará a cabo a través de mapas digitales del terreno y con el contacto directo con los principales productores. Luego se recolectarán y optimizarán los recursos como combustible y entonces estaremos podremos calcular la cantidad de energía que podremos obtener, explica Diana Blanco, coordinadora,