El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en España representa el 21,3% de los ingresos totales del Estado, frente al 7% que contribuye a las arcas públicas el Impuesto de Sociedades, según un informe publicado ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con datos de 2015. En concreto, el Estado español recaudó a través de ingresos fiscales un total de 363.700 millones de euros, lo que supone el 33,8% del Producto Interior Bruto (PIB). Del monto total, el 21,3% llegó de los ingresos personales, el 7% de las empresas, el 33,8% de las contribuciones a la Seguridad Social, el 7,7% de gravar la propiedad, el 19% del consumo a través del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y el 10,7% de otros impuestos sobre el consumo.

En comparación con los datos del resto de países integrados en la organización, España destaca por recaudar por encima de la media en dos partidas: en el caso de las contribuciones a la Seguridad Social, que de media en la OCDE se sitúa en el 25,8%, y en el impuesto sobre la propiedad, que en el resto de países alcanza una tasa del 5,8% de media sobre los ingresos públicos totales.

A nivel de la OCDE, los impuestos sobre la renta personal juegan un papel cada vez más importante, a medida que disminuyen los ingresos provenientes de las contribuciones a la Seguridad Social y los impuestos sobre el consumo. Según el organismo, la recaudación de los gobiernos a través del impuesto que grava los beneficios empresariales -que se redujo durante la crisis financiera, y está estancado en el 8,9%- "sigue siendo bajo".