Al Estado le va a salir caro ser la banca. Todo parece indicar que una parte importante de las ayudas millonarias que inyectó a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) en BFA (la matriz de Bankia que fue nacionalizada con el rescate) no se van a recuperar. Serán ayudas a fondo perdido para digerir uno de los mayores quebrantos económicos de la historia bancaria del país.

Hasta ahora, el Estado ha recuperado 2.656 millones de euros de los 22.424 que aportó en mayo de 2012 para evitar la quiebra de Bankia, lo que supone menos del 12% del total. En febrero de 2014 el Estado vendió el 7,5% del capital de la entidad por un importe de 1.304 millones. A esa cantidad se sumaron varias devoluciones en forma de dividendos con cargo a las cuentas de 2014, 2015 y 2016. Así, en julio de 2015 el Estado ingresó 128 millones con el primer dividendo de la historia de Bankia. En marzo de 2016 la entidad abonó un segundo con cargo a las cuentas de 2015, con el que el Estado ingresó 195 millones. Y el tercer dividendo pagado hasta la fecha fue el de marzo de 2017, que reportó a las arcas públicas unos ingresos de 211 millones.

La semana pasada el Estado cerró la venta de un segundo paquete de acciones de Bankia. En este caso fue un 7% por el que obtuvo 818 millones de euros. La cartera de acciones que el Estado tiene a través del FROB se ha reducido hasta el 60,6% del capital y tiene de plazo, en principio, hasta diciembre de 2019 para completar la privatización.

En dos años parece difícil que el Estado logre vender su paquete de acciones sin incurrir en pérdidas. Los títulos de Bankia cotizan ahora a cuatro euros frente a los seis a los que el Estado entró en 2012 en el capital del banco. Por tanto, para no perder dinero respecto a las ayudas inyectadas, las acciones deberían revalorizarse en dos euros, el 50%. Teniendo en cuenta que en lo que va de año la entidad acumula una subida del 7,5% en Bolsa, todos los expertos financieros coinciden en apuntar que el objetivo parece inalcanzable, incluso en un escenario favorable de subida de tipos de interés en la banca y de buena acogida en los mercados de la fusión con BMN (Banco Mare Nostrum), que entrará en vigor el 1 de enero.

Según las últimas estimaciones del Banco de España, el importe recuperable por el Estado en el caso de Bankia es de 9.260 millones de euros, con lo que el agujero sería de más de 10.000 millones.

Para tapar la herida, tanto la dirección del banco como el Ministerio de Economía cada vez esgrimen con más fuerza que de no haber pagado con dinero público el flotador de Bankia, el coste del hundimiento hubiese sido mayor en términos de pérdida de depósitos que el Fondo de Garantía no habría podido devolver y en términos de inestabilidad para conjunto del sistema financiero. Es decir, que dan por bien empleadas las ayudas a fondo perdido.