La paz entre Ferroatlántica y los trabajadores de las fábricas y las centrales hidroeléctricas de A Costa da Morte ha durado poco después de que la Xunta rechazase la solicitud de la empresa para separar la actividad de generación eléctrica de la producción de ferroaleaciones, requisito indispensable para poder vender los saltos de agua, como pretendía. La plantilla de Cee y Dumbría retomó en los últimos días las movilizaciones pero no contra los planes de venta de las centrales de los ríos Xallas y Grande sino por la pretensión de la compañía controlada por Villar Mir de suprimir los convenios colectivos de empresa existentes en los distintos centros de trabajo con los que cuenta en España y sustituirlos por un acuerdo marco para el conjunto de sus instalaciones en territorio español.

Los trabajadores de A Costa da Morte, que ya realizaron dos protestas y no descartan convocar una huelga, consideran que la medida es "una represalia, un castigo" de la empresa tras haberse frustrado su plan de venta de las centrales hidroeléctricas gallegas. Además, denuncian que Ferroatlántica "usurpa la legitimidad de negociación de los comités de empresa de los centros de trabajo" porque la dirección del grupo reconoce como interlocutores para pactar el acuerdo marco a los representantes de los sindicatos con representación en la plantilla. "La empresa no ha convocado a los comités de empresa, sino a las secciones sindicales de cada sindicato, por lo que no tenemos representación en una mesa en la que deberíamos estar por ser el mayor centro de trabajo de España", denuncia uno de los integrantes del comité de empresa de las fábricas de Cee y Dumbría. "El proceso tenía que realizarse mediante la convocatoria de un comité intercentros, pero no ha sido así", añade.

Los centros de Ferroatlántica en A Costa da Morte cuentan actualmente con dos secciones sindicales, una integrada por CIG y CGT y otra de independientes, después de que los vinculados a UGT y CCOO decidiesen abandonar ambos sindicatos una vez que sus representantes autonómicos y estatales apostaron por apoyar el plan de la empresa de vender las centrales hidroeléctricas gallegas.

El comité de empresa, sin embargo, anuncia que irá hasta el final para defender los intereses de la plantilla, "llegando a los tribunales si es necesario". En los últimos días el comité de empresa ya denunció la situación en la Inspección de Trabajo y el Acordo Interprofesional Galego sobre Procedementos Extraxudiciais para a Solución de Conflitos Colectivos de Traballo (AGA).

Los empleados de A Costa da Morte aseguran que el convenio colectivo vigente en Cee y Dumbría caducó en 2015, pero que está prorrogado por la cláusula de ultraactividad de los convenios y que en los últimos dos años los representantes sindicales presentaron varias propuestas a la empresa para negociar su renovación. "Desde 2016 estaba la negociación pendiente por el tema de las centrales, pero tenemos un convenio propio, con una comisión negociadora propia. Con el convenio marco quiere puentearnos, al no estar vinculados a ningún sindicato, por eso creemos que es una represalia, un castigo tras frustrársele la venta de los saltos de agua", concluye uno de los integrantes del comité de empresa de Cee y Dumbría.

Los trabajadores seguirán con movilizaciones en los próximos días, sin descartar la huelga si se cierra un acuerdo marco estatal.