La central térmica que Endesa tiene en As Pontes (A Coruña) podrá alargar 20 años más su actividad después de 2020 una vez que el Gobierno aprobó los trabajos propuestos por la compañía presidida por Borja Prado para adaptar la planta a las exigencias de la nueva directiva comunitaria de emisiones industriales. Para ello la eléctrica invertirá unos 216 millones de euros.

La otra central gallega de carbón, la de Meirama (en Cerceda), tiene en el aire su futuro pues su propietaria, Gas Natural Fenosa, aún no ha decidido si acometerá las obras para actualizarla y reducir un 60% las emisiones a la atmósfera. Los trabajos para ampliar su vida más allá de 2020 requieren una inversión de 120 millones de euros.

La eléctrica presidida por Isidro Fainé prevé presentar en febrero su nuevo plan estratégico para el periodo 2018-2020, que definirá el futuro de la térmica coruñesa. Si finalmente decide ampliar la vida útil de las instalaciones de Cerceda, deberá iniciar los trabajos con urgencia pues las obras de adaptación de la central durarán unos dos años.

Este plan estratégico de Gas Natural Fenosa también incluirá inversiones en Galicia relacionadas con el desarrollo de parques eólicos. La compañía anunció a mediados del año pasado que instalará en la comunidad 200 megavatios (MW) de los obtenidos en las subastas de energías renovables celebradas por el Gobierno en 2017, lo que supondrá una inversión de 200 millones.