Renfe ha planteado un plan de bajas voluntarias para un máximo de 805 trabajadores de la compañía ferroviaria, alrededor del 5,8% de la plantilla de unos 13.720 empleados con que cuenta actualmente. El programa de desvinculaciones, que se acometerá durante este ejercicio 2018, se suma a los abordados los últimos años, de 750 empleados en 2016 y 2017 respectivamente, y el de unos 500 efectivos de 2015.

Estos ajustes se enmarcan en el plan de empleo que la compañía pactó con los sindicatos en el marco de su actual convenio colectivo, que vincula las salidas voluntarias de personal con la incorporación de nuevos efectivos.

El objetivo último de esta medida es transformar y rejuvenecer la plantilla de Renfe, que presenta una edad media de 54 años, incorporando además nuevos profesionales que generen valor y permitan a la empresa atender el crecimiento de algunos de sus negocios y cubrir nuevos perfiles profesionales.