El comité de empresa de la central térmica coruñesa de Meirama (propiedad de Gas Natural Fenosa) protagonizó ayer un encierro en la sede del Concello de Cerceda para exigir a la eléctrica que realice las inversiones necesarias para que la planta pueda seguir operativa más allá de 2020. La compañía debe decidir en los próximos meses si realiza en las instalaciones coruñesas los trabajos necesarios (con un coste aproximado de 120 millones de euros y una duración de unos dos años) para cumplir la directiva europea que obliga a reducir las emisiones contaminantes.

Esta nueva norma europea sobre las emisiones industriales entró en vigor en 2016 y fija un plazo máximo para realizar las reformas necesarias con la finalidad de reducir los gases contaminantes y evitar el cierre. En el caso de las instalaciones que se acogieron al Plan Nacional Transitorio, como es el caso de la térmica de Meirama, tienen hasta el 1 de julio de 2020 para realizar las adaptaciones. De hecho, fuentes de Gas Natural Fenosa detallaron a este diario que la empresa tiene de margen hasta esa fecha para realizar los trabajos y que, a día de hoy, "el consejo de administración de la compañía no ha tomado ninguna decisión sobre las inversiones" que realizará en el futuroinversiones.

El grupo, pese a no concretar el futuro de la planta coruñesa, añade: "A la vista de la aportación de las centrales térmicas en los últimos meses en la cobertura de la demandacentrales térmicas, siguen siendo necesarias".

La compañía no aclara si realizará las inversiones necesarias para que las instalaciones de Meirama sigan operativas más allá de 2020 y eso preocupa a los trabajadores, que reclaman que haya una decisión inmediata. De hecho, el presidente del comité de empresa, Bautista Vega Tato, recordó que en enero de 2015 el consejo de administración de Gas Natural Fenosa acordó en Santiago realizar las obras necesarias para adaptar la central de carbón de Meirama a las nuevas exigencias comunitarias. "Entonces el presidente de la Xunta [Alberto Núñez Feijóo] se apresuró a anunciarlo en rueda de prensa acompañado por [el entonces presidente de la eléctrica, Salvador] Gabarró. Ahora queremos que se acuerde de esto y obligue a la empresa a cumplir", resalta el portavoz de la plantilla de Cerceda. Los trabajadores instan al Ejecutivo gallego a presionar para que la empresa garantice la continuidad de la térmica y exigen a la corporación municipal cercedense que apruebe una moción de apoyo a la continuidad de la actividad y del empleo en Meirama.

Vega asegura que la plantilla lleva esperando desde 2015 por esas inversiones inversiones y que teme que no lleguen. "Pasaron tres años, los plazos son cada vez más cortos y no se confirmó la inversión necesaria para instalar dos plantas: una desulfuradora y una desnitrificadora", denuncia el representante de los empleados. El presidente del comité de empresa aclara que las emisiones contaminantes ya se redujeron al pasar de quemar lignito pardo a carbón de importación y que las actuaciones necesarias ahora reducirían aún más las emisiones de azufre a la atmósfera (alrededor de un 90%) y de hidróxido de nitrógeno (en torno a un 80%), lo que garantizaría "que la central es absolutamente competitiva" y que puede seguir operativa "como mínimo" hasta 2040 o 2050.

La plantilla advierte de que el encierro de ayer -que finalizó a última hora de la noche tras concluir el pleno del Concello de Cerceda con la aprobación de una moción de apoyo a los trabajadores y a favor de la continuidad de la térmica- es la primera movilización, pero que intensificará las protestas si la empresa no clarifica el futuro de la central de Meirama. El comité de empresa ya preguntó a la eléctrica sobre sus planes con esta térmica coruñesa pero la respuesta fue insatisfactoria. "De momento no confirma nada, sólo dice que no está descartado, por lo que tenemos que reclamar medidas ya", detalla Vega, que avisa de que en las próximas movilizaciones de la plantilla -en el encierro de ayer solo participaron los integrantes del comité de empresa- convocará "a todos los trabajadores, a los empleados de las empresas auxiliares y a todo el mundo implicado" en la continuidad de la planta.