Pelayo Novoa (Vigo, 1972) es socio director de la firma de auditoría y asesoramiento BDO en Galicia. Tras un periodo de crisis en el que el propio Novoa asegura que tuvo que pasar de ser "el cura que casaba a los novios" a tener que verse forzado a cerrar reestructuraciones y negociaciones con los bancos, el mercado se reactiva con unos fondos con munición para retomar unos proyectos que hasta ahora permanecían aparcados en el cajón.

- Recientemente inauguraron nueva oficina en Vigo y prevén abrir otra en A Coruña. ¿Es la mejor señal de que hay interés por invertir en Galicia?

-Esto está relacionado con la parte de asesoramiento financiero, que es una de nuestras actividades. En los últimos años nuestras actividades como asesores en operaciones ha crecido de forma importante. El año pasado asesoramos en la operación de venta de la empresa de instalaciones deportivas Aquafit, que fue comprada por otra empresa gallega, Serviocio y el anterior asesoramos a Shanghai Kaichuang en la compra de Albo. Fue una operación compleja porque son más de 60 accionistas y había que ponerlos a todos de acuerdo.

-La presencia de la empresa familiar y la fragmentación de su accionariado es una de las señas de identidad de Galicia, ¿no?

-Está claro. En contra de lo que a veces se puede pensar, más que las empresas familiares no estén profesionalizadas, lo que ocurre en muchas ocasiones es que su capital está tan atomizado que les cuesta tomar decisiones. Eso es algo difícil en Galicia y en cualquier parte del mundo.

-Galicia cerró 2016 como el cuarto destino inversor en España. ¿Qué valoración hace?

-Estamos viendo un muy buen

momento de transacciones. Hay dinero y los fondos viven de colocar el dinero. Tiene prisa por encontrar dónde invertir por miedo a que otros se adelanten. Además, las empresas también llevan muchos años conteniéndose, con planes de expansión en el cajón. Hace unos años yo tenía acceso a empresas muy buenas que tenían interés en la entrada de inversores en su accionariado y yo cuando llamaba a operadores internacionales me decían que no podían invertir en España porque se iba a salir del euro. Y yo decía, ¿pero cómo que nos vamos a salir del euro? Eso tardó muchos años en desaparecer. 2013 y 2014 fueron años buenos y 2015 y 2016 fueron años en los que los fondos levantaron bastante dinero. Eso puede suponer una pequeña inflación de precios, pero para el empresario que quiere vender su compañía es muy bueno. Si en lugar de negociar con un fondo, negocias con tres, mejor que mejor.

-¿Cuáles son las principales fortalezas que tiene el tejido empresarial gallego?

-La economía gallega está bastante diversificada y tiene sectores con potencial de crecimiento. Además, aquí todavía no se han dado las operaciones de concentración que se han dado en otros lugares hace más años. Los gallegos tendemos a ver el vaso medio vacío, pero desde fuera nos valoran más de lo que lo hacemos nosotros mismos. Somos la segunda comunidad en donde las exportaciones suponen un mayor porcentaje del PIB, solo por detrás de Navarra. Además, somos la quinta economía de España por Producto Interior Bruto. Galicia tiene atractivos. Que tengamos más operaciones de private equity [capital riesgo] en Galicia que en el País Vasco, que tiene más dinamismo empresarial, es algo que llama la atención.

-El sector agroalimentario es el que más interés despierta para los inversores extranjeros según su informe. ¿A qué se debe?

-El agroalimentario es un ejemplo de sector en el que ahora se ve un potencial de crecimiento y por el que antes no había casi interés. Portobello entró en Iberconsa y ahora el sector agroalimentario ya es atractivo. Hace unos años nadie quería hablar del pescado. Las conservas no interesaban. Vino MCH compró Garavilla, luego se lo vendieron a Bolton ganando mucho dinero y ahora sí que interesa. El consumo en el mundo de proteína de origen marino no deja de crecer y lo que se produce en los mares no es suficiente. Está creciendo el apetito de la población por la proteína marina. A ello se suma que tanto las conservas, como el sector pesquero, el lácteo o el cárnico están muy fragmentados.

-No es el único sector por el que hay interés, ¿no?

-Hay otros también importantes como el textil, el de la salud o el de las concesiones de instalaciones deportivas. En el primero tenemos, además, una ventaja importante, que es Inditex. Si un fondo de Madrid va a estudiar el textil para canalizar alguna inversión en el sector, la región por la que empieza a buscar es Galicia porque tenemos a Inditex. El textil es un sector con potencial. Es cierto que hay muchas empresas que están pasando dificultades por la presión del mercado chino, peor aún quedan algunos ejemplos. Uno es Bimba y Lola. Lo han hecho muy bien y ahora buscan un pulmón para continuar creciendo.

-¿Podría comentar alguna operación que haya ahora mismo en marcha?

-Nosotros vivimos de la discreción y no podemos hablar de casos concretos. Hay algunos sectores en los que se están produciendo muchos movimientos, como es el caso del de la salud. La población está envejeciendo y hemos visto en los últimos años que entran fondos, operadores y aseguradoras interesados en comprar hospitales. HM Hospitales compró El Castro en Vigo, La Rosaleda en Santiago, el Modelo en A Coruña. En geriátricos, igual. Solo hay que mirar dónde estaba Geriatros y donde está ahora. Una empresa gallega que empezó en Vigo y que ha ido creciendo hasta ser la mayor del sector en toda España y uno de las primeras a nivel europeo. Luego hay otro sector, como es el del fitness, especializado en el sector de las concesiones. En España hay unas 1.400 concesiones municipales. El operador con más concesiones solo tiene 38. La empresa que más factura en España ingresa 50 millones. Tú coges las 30 primeras europeas y ves que la que menos factura tiene 150 millones de euros. Hay van a pasar cosas seguro. De hecho ya hay un fondo de private equity en prácticamente todas las grandes. Aquí en Galicia puede haber cosas, porque hay varias empresas que están participadas por fondos de private equity que tarde o temprano se marcharán. Al tercer o cuarto año y están pensando quién podrá estar interesado.

-¿Y en la industria de la automóvil?

-En la automoción puede pasar alguna cosa, aunque pequeña. Ahora mismo nos quedan seis o siete empresas gallegas. El resto de firmas asentadas aquí son filiales de grupos extranjeros. Y en la automoción sí que es todavía más importante el tamaño.