El Gobierno introdujo como novedad el año pasado que la prestación del servicio de interrumpibilidad -por el que las grandes industrias como Alcoa reducen o suspenden su consumo de energía cuando el sistema no logra atender la demanda a cambio de compensaciones económicas- podría producirse también por criterios económicos, cuando salga más barato recurrir a esta opción que adquirir la energía en el mercado a tecnologías muy caras. El objetivo final es abaratar el recibo del consumidor y en lo que va de año Red Eléctrica de España (REE, firma semipública operadora del sistema eléctrico) ya recurrió en trece ocasiones a esta posibilidad, por lo que las grandes industrias sufrieron ya numerosos cortes en 2018. Esta situación era hasta este ejercicio algo muy excepcional pues el servicio de interrumpibilidad solo se utilizaba cuando fallaba alguna instalación de producción eléctricaservicio de interrumpibilidad, como la incidencia registrada en la central térmica de Aboño (Asturias) en octubre del año pasado que obligó a parar la actividad de las fábricas asturianas de Arcelor Mittal, Asturiana de Zinc y Alcoa.

El nuevo criterio para aplicar la interrumpibilidad por motivos económicos establece un mínimo (200 megavatios) y un máximo (500 MW) de potencia requerida en cada tramo de una hora y fija un sistema de turnos rotatorios entre las firmas adjudicatarias del servicio "como criterio de orden para requerir su activación". El fin último es que el trato dado a las distintas industrias sea homogéneo.

Estas condiciones provocaron ya que todas las compañías que reciben primas por el servicio de interrumpibilidad hayan tenido que reducir o suspender su consumo en estas primeras semanas del año. En el caso de Alcoa, todas sus fábricas españolas -la de A Coruña, la de San Cibrao (Lugo) y la de Avilés (Asturias)- fueron requeridas para prestar el servicio, según confirmaron fuentes de la aluminera estadounidense, y su activación se produjo "sin ningún problema". La factoría de A Grela sufrió dos cortes en lo que va de año, uno en enero y otro a principios de este mes.

La primera vez que Red Eléctrica activó el servicio de interrumpibilidad por criterios económicos este año fue el pasado 6 de enero, a las 13.00 horas, al requerir a las firmas adjudicatarias 479 megavatios. La situación se repitió al día siguiente a las 11.00 horas con la solicitud de prestación del servicio para un total de 451 megavatios, según los datos publicados por el operador del sistema eléctrico español.

El tercer día en que REE recurrió a la interrumpibilidad fue el 9 de enero, cuando pidió a las empresas que redujesen su consumo en dos ocasiones: una a las 12.00 horas, por 494 megavatios, y otra a las 17.00 horas, por 497 MW, con lo que en toda la jornada la solicitud de prestación del servicio sumó 991 MW.

La siguiente ocasión en la que la gran industria española tuvo que paralizar parte de su actividad para atender la demanda de Red Eléctrica fue el 25 de enero, en la que los requerimientos horarios sumaron 952 megavatios: el primero se produjo a las 18.00 horas (477 megavatios) y el segundo solo una hora después, con 475 megavatios.

Mientras, la primera aplicación en febrero del criterio económico para la interrumpibilidad se produjo el día 5 y se activó en tres ocasiones para un total de 1.445 megavatios de potencia. La primera fue a las 12.00 horas, por 483 megavatios, la segunda a las 14.00 horas, por 481 MW, y la tercera dos horas después, por otros 481 MW.

La última jornada, hasta el momento, en la que REE comunicó a las empresas la necesidad de prestar el servicio para abaratar el recibo de la luz fue el pasado día 6, cuando el sistema se activó hasta en cuatro ocasiones, convirtiéndose así en la jornada con mayor recurso a la interrumpibilidad en lo que va de año. El operador del sistema requirió ese día un total de 1.938 megavatios que se repartieron en cuatro tramos horarios: los 500 MW que solicitó a las 11.00 horas, los 485 que precisó a las 13.00 horas, los 477 MW de una hora más tarde y los 476 de las 16.00 horas.