El Banco Santander cuenta con 145 millones de euros para afrontar posibles compensaciones a determinados accionistas de Banco Popular tras su resolución. Según consta en su memoria anual, Santander estimó en 680 millones de euros el coste "por potenciales compensaciones a los accionistas de Popular" tras su resolución, de los que 535 millones se aplicaron al bono de fidelización que Santander emitió a finales de 2017.

Precisamente, esta acción de compensación, dirigida a determinados accionistas minoristas de Popular, tenía un coste máximo de 680 millones de euros, pero el bono logró una adhesión del 78,8%, por lo que el coste final que asumió Santander fue de 535 millones.

Acogerse al bono de compensación implicaba renunciar a emprender acciones legales contra el banco cántabro. De este modo, los accionistas que cumplían las condiciones para suscribir el bono y no lo hicieron podrían presentar una reclamación contra Santander.

Los 680 millones en cuestión se incluyeron en las provisiones por valor razonable de 1.816 millones de euros con las que contaba el Popular a 7 de junio de 2017, pero el banco incide en que esta valoración razonable es "provisional", dada la "complejidad" de tasar Popular tras su resolución. En cualquier caso, Santander explica en su informe anual que el resultado de los procedimientos judiciales por la resolución es "incierto", pues la intervención del Popular carece de precedentes judiciales tanto en España, como en los estados de la UE.