La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ultima una nueva propuesta para la mesa de negociación que mantiene con Gobierno y sindicatos. Según un documento interno al que ha tenido acceso este diario, la organización presidida por Juan Rosell aboga por ampliar el uso de contratos de formación y aprendizaje también para aquellos mayores de 45 años que hayan perdido su puesto de trabajo en "sectores en declive". Actualmente este tipo de contratos está restringido a menores de 25 años y, mientras la tasa de paro siga por encima del 15%, para los menores de 30 que compaginan el trabajo con actividades formativas. Con su extensión a otros grupos de edad la patronal pretende facilitar, defiende, la reinserción laboral de aquellos trabajadores que ya han agotado su prestación por desempleo.

La propuesta, que se dirige, entre otros, a los 99.420 parados gallegos que superan los 45 años de edad (suponen el 52,3% del total de desempleados), se topa con la oposición de los sindicatos, que la califican de "disparate". "Ya hay suficientes modalidades de contratos para adaptarse a las distintas necesidades como para crear otras", sentencia la secretaria de Emprego e Previsión Social de Comisiones Obreras (CCOO) Galicia, Maica Bouza. Las centrales sindicales se oponen a esta medida porque consideran que no servirá para mejorar la empleabilidad de este colectivo y que degradará los salarios. "Buscan extender la precarización entre nuevas franjas de edad", denuncia el secretario de Política Sindical e Emprego de UGT Galicia, Luis Baneira. Algo que corrobora el secretario de Emprego e Industria de la CIG, Fran Cartelle, que critica que las empresas "prefieren contratar a trabajadores sin cualificar mientras otros formados continúan en el paro con el objetivo de pagar menos salarios y menos cotizaciones".

La figura del trabajador con contratos de formación y aprendizaje está al alza en Galicia en este último lustro, en el que ha pasado de englobar a 7.000 empleados en 2012 a los 12.900 actuales.

Si bien permiten la primera incursión en el mercado laboral, estos contratos siguen contando con una gran asignatura pendiente: borrar su fecha de caducidad. La comunidad arrancó el año 2017 con 13.300 trabajadores en formación, de los cuales apenas el 6,1% (806) logró dar el salto a indefinidos, según las estadísticas del Servicio Público de Empleo. "Los resultados de estos contratos han sido muy pobres, porque cuando se acaba el contrato, en lugar de pasar a indefinido, el empresario prefiere contratar a otro trabajador en prácticas para beneficiarse de las bonificaciones sociales", denuncia Baneira.

Revisión de las becas

El documento interno de la CEOE también reclama dar un vuelco a la figura del becario becario. En concreto, la organización aboga por eliminar las trabas que impiden realizar horas extraordinarias o jornadas pasadas las 22.00 horas y de eximir a las empresas de la obligación de remunerar a los becarios cuando los convenios así lo determinen. La patronal defiende esta medida porque, de lo contrario, "podrían limitar la capacidad de la empresa de acoger estudiantes en prácticas".

A este respecto, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, consideró "un despropósito" el informe, si bien matizó que "le consta" que ese documento "no es oficial" y que espera que "así sea". En la misma línea, el secretario de Política Sindical de UGT, Gonzalo Pino, afirmó que el sindicato "en ningún caso" va a admitir modalidades de contratación que no lleven consigo una contraprestación salarial. Además, sostuvo que no se debería desvirtuar el contrato de formación, "que ya ha sido anteriormente objeto de fraude", para convertirlo en una modalidad contractual "a medida de los empresarios".