Ahorrar para la jubilación mediante un plan de pensiones no garantiza la rentabilidad. Esta herramienta privada diseñada para proteger el poder adquisitivo en la vejez goza de beneficios fiscales, pero a la hora romper la hucha ni siquiera se asegura que haya tantas monedas como las que se han ido introduciendo. Así lo demuestra el estudio Rentabilidad de los Fondos de Pensiones en España. 2002-2017 firmado por el profesor de Finanzas del IESE (Universidad de Navarra) Pablo Fernández. Después de analizar 356 fondos de pensiones con 15 años de historia, concluye que son menos rentables que los bonos del Estado.

La rentabilidad media de los planes de pensiones en los últimos 15 años fue del 3,03% anual, frente al 4,61% de los bonos del Tesoro Público y el 8,19% que registró el conjunto de empresas del Ibex-35 en el mismo periodo. Por debajo de los promedios, subyace una realidad desigual para los ahorradoresahorradores, según la suerte que hayan corrido a la hora de elegir producto. Unos pocos ganaron más que los accionistas de las grandes cotizadas, pero otros perdieron dinero. Fue el caso del plan de pensiones Mpp F-100, de Axa, en el que los ahorros de sus 253 partícipes mermaron a un ritmo del 0,11% anual. En el otro extremo, cuatro planes superaron la rentabilidad del Ibex. Bestinver Ahorro permitió ganar un 9,68% a 6.302 ahorradores. Futurespaña Rv, de Santalucía, un 8,77% a 1.627, mientras que Santander Inverp. Rv In., contratado por 434 partícipes, marcó una rentabilidad del 8,64% y Cabk Rv Emergentes, de Caixabank, benefició con el 8,21% a 3.999 ahorradores.

La popularidad de los planes no sigue una correlación con su rentabilidad. Algunos de los más populares en los últimos 15 años proporcionaron escaso beneficio a sus inversores, como fue el caso de los casi 132.000 partícipes que sumó Bs Plan 15, de Banco Sabadell, que solo rentó el 0,89%.

Comisiones sin garantías

Las conclusiones del estudio -en el que también participaron el investigador independiente Pablo Fernández Acín e Isabel Fernández Acín, de la Universidad de Navarra- son duras con el sector bancario: "Cuando un inversor entrega su dinero a una gestora de fondos para que se lo gestione, espera que obtenga una rentabilidad superior a la que puede obtener él sin conocimientos especiales. Y, por ello, está dispuesto a pagar una comisión anual superior al 2% en muchos casos. Sin embargo, los datos indican que pocos gestores se merecen las comisiones que cobran", expone. En consecuencia, el informe considera que el resultado global de los fondos "no justifica en absoluto" la discriminación fiscal a favor de los mismos y que en todo caso "el Estado podría animar a invertir en algunos (pocos) fondos de inversión, pero no indiscriminadamente en cualquier fondo de pensiones".

El documento añade que en varios casos los inversores en fondos de pensiones "perdieron la desgravación fiscal que les regaló el Estado para inducirles a invertir en dichos fondos en menos de 5 años (vía comisiones e ineficiencias en inversión y gestión)", por lo que no siempre ha resultado beneficioso para los ciudadanos invertir en estos productos bancarios.

A la vista de estos resultados, el estudio cuestiona "¿por qué el Estado no permite a los futuros pensionistas que ahorran e invierten por su cuenta las mismas ventajas fiscales de los fondos?".