El Banco Central Europeo (BCE), en su papel como supervisor bancario de la zona euro, presentó las nuevas directrices para el establecimiento por parte de las entidades de unos niveles adecuados de capital y liquidez "prudentes y conservadores" que garanticen su capacidad de resistencia frente a dificultades y que someterá a discusión con el sector. El BCE recomienda a los bancos someterse a pruebas periódicas de resistencia.